A más de un mes del atentado a la salud de 205 pacientes en los hospitales Maternológico y Pediátrico del Complejo Hospitalario Viedma, autoridades gestionan la compra de cámaras de vigilancia y otras medidas para resguardar la seguridad de sus pacientes.
La última semana de agosto una serie de eventos se fueron suscitando en el Complejo. Uno de ellos fue el cierre de válvulas a 20 tubos de oxígeno para todo el hospital. Asimismo se cortaron los servicios de agua y teléfono de manera premeditada, según establecieron las primeras investigaciones policiales.
“La empresa de seguridad todavía está viendo los puntos para su instalación”, informó la directora del hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel, Rosalía Sejas.
Entre las medidas de seguridad adoptadas frente a estos acontecimientos, se aisló el área de oxígeno para que el ingreso a este sector sea sólo por el personal autorizado.
“Ahora sólo los guardias tienen la llave y abrirán las puertas cuando haya que cambiar los tubos”, dijo la directora.
Asimismo, la central telefónica también fue aislada.
Antes los tiqueadores estaban en el mismo ambiente y todos podían ingresar. Ahora, fueron trasladados y el sector es resguardado bajo llave.
Finalmente, se viene construyendo una valla en el área donde se encuentran las llaves de agua potable.
Sejas manifestó que la denuncia presentada ante la Fuerza Anticrimen sigue su curso.
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