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viernes, 20 de febrero de 2015
Un cirujano tiene en sus manos la vida de 300 niños al mes
Un 24 de junio de 2012, la desesperación, la angustia y el dolor se apoderaron de Lucía y de Mario (nombres ficticios), pues la alegría de recibir en brazos a su niña que acababa de nacer se convirtió en un sufrimiento.
Claudia, una bebé frágil con un rostro pequeño y la primera hija de la joven pareja, vino al mundo con una enfermedad congénita, denominada “malformación ano rectal” (cloaca con canal común), que padece un niño de cada 50.000 nacidos vivos en el mundo. “Mi embarazo fue muy complicado, desde los tres meses tuve amenazas, desprendimiento de placenta. A los seis meses tuve contracciones. La mayor parte de mi embarazo estuve internada con sueros, pastillas y medicamentos, sin poder moverme ni para ir al baño. Cuando nació mi hija inició otro calvario”, cuenta la joven madre.
Revela que para todo el personal de la Caja Nacional de Salud (CNS) la enfermedad de la niña era algo nuevo, con lo que nunca los galenos habían tropezado a lo largo de su carrera profesional. De acuerdo a los padres de la niña, los médicos estaban aterrados sin poder dar respuestas a los familiares e impotentes al no saber atender a la pequeña.
“Cuando el pediatra recibió a mi hija dijo que nació con el ano imperforado y señaló que se debía llamar al cirujano para que realice la incisión y con eso iba a estar bien”, revela Lucía al indicar que aquello no concluyó ahí, pues internaron a la niña y le colocaron una sonda por la nariz y la boca.
Por esa vía la bebé debía arrojar sus primeras heces fecales, pues su estómago además se encontraba distendido. “¿Pueden creer? En todo el Departamento existe un sólo médico cirujano pediatra, que viene a ser el doctor Marcos Oliva, quien fue amable y exigente con sus colegas y enfermeras. No le importó que aún no se hubiese realizado todo el trámite para la compra de sus servicios por parte de la Caja Nacional de Salud, ya que él no trabaja ahí”, revela la madre.
Añade que Oliva indicó que era una operación de vida o muerte. Estuvo puntual y exigió los materiales con los que iba a realizar la operación. El padre de la niña comenta que para él ésta es una gran historia de vida porque finalmente la niña se salvó de la muerte y aunque aseguraron que le sería difícil caminar, hoy lo hace aunque con un poco de dificultad.
“Desde que nació nos hicieron firmar documentos y más documentos para hacernos responsables de la vida de mi hija. Mi pequeña nació sin anito y sin vagina, se imaginarán por todo lo que tuvimos que pasar”, concluye Lucía visiblemente conmovida.
Ésta es una de las tantas historias que no se cuentan en Tarija, uno de los departamentos que menos beneficios ha logrado en cuanto a salud durante el auge económico que vive a consecuencia de las exportaciones de gas.
Un solo cirujano pediátrico
Marcos Oliva Castrillo es el único cirujano pediátrico en ejercicio, quien junto a otros colegas se da formas para atender a un promedio de 300 niños por mes en los ambientes del Hospital Regional San Juan de Dios (HRSJ).
Lleva 17 años ejerciendo la subespecialidad que es cirugía de niños, “ejerciendo solo” ya que no hay otro médico especialista en el Departamento. Oliva asegura que esto sucede porque no se hacen gestiones por parte de las autoridades. También da a conocer la disconformidad que existe de algunos padres, que necesitan que sus hijos sean atendidos pero que no logran obtener una consulta con prontitud.
De acuerdo a fuentes del hospital San Juan de Dios, tres cirujanos pediátricos podrían ser contratados para la atención de niños en el Departamento; sin embargo esto dependerá mucho de las gestiones que realicen las autoridades correspondientes. Uno de los médicos postulantes realizó su subespecialidad en la Argentina, los otros dos en Bolivia. “Si Dios Ayuda y si la Gobernación pone su buen oficio, se conseguirán nuevos especialistas en el área”, detalla Oliva.
Entretanto, el responsable de la Oficina del Defensor del Paciente, Marco Antonio Ponce, informa que una de las grandes falencias por las que atraviesa el Hospital San Juan de Dios, es la falta médicos especializados en diferentes áreas. “Los pacientes en muchas oportunidades llegan hasta nosotros y nos piden ayuda para atender su dolencia, lamentablemente no se puede hacer mucho, ya que faltan especialistas”, explica el joven encargado. De la misma forma, da a conocer que esto no sucede sólo en el área de pediatría, sino en varias áreas del hospital. Revela así que éste es el motivo por el cual se reúnen constantemente con autoridades de la Gobernación, Servicio Departamental de Salud (Sedes) y todas las organizaciones encargadas de la salud de la población. La finalidad es cubrir la falencia que no permite dar una atención eficaz a los pacientes.
No es igual tratar a un niño
Oliva informa que el operar a un niño no es lo mismo que operar a un joven o a un adulto, ya que los niños tienen otro comportamiento, otro manejo de la medicación e incluso los instrumentos no son los mismos. “Son muchos detalles, lo digo con causa porque yo soy cirujano general y cirujano de niños. La Caja Nacional de Salud y cualquier seguro tiene la obligación de comprar servicios de otros médicos de la especialidad que fuera”, aclara.
Añade que cuando un cirujano que no tiene especialidad en niños realiza la operación a un pequeño está cometiendo negligencia médica, delito que es sancionado por tres vías: civil, penal y administrativa, de acuerdo al caso. Los años de cárcel dependerán del daño provocado al paciente, víctima de negligencia médica. Los centros hospitalarios en los que se incurra en mala praxis, también serán procesados.
El doctor Marcos Oliva, revela que en muchas oportunidades tuvo que resolver cirugías mal practicadas por médicos no especialistas en niños. Cuenta que en Tarija los padres de familia optan por dos opciones: la primera referida a que un cirujano general realice la cirugía y, la segunda, llevar a sus niños a otras ciudades como La Paz y Santa Cruz para que sean operados.
Bajos salarios
Pero otra de las causas para que no existan médicos con subespecialidades es la remuneración que reciben, ya que no hay una gran diferencia salarial con los médicos generales. “Un especialista en el hospital cobra los mismo que un médico general. Es por este motivo que los profesionales prefieren migrar a otros lugares”, dice Oliva tras indicar que él cobra un monto igual a cualquier otro pediatra; sin embargo revela que le satisface ayudar a los más pequeños.
“Un médico en muchas oportunidades siente impotencia, frustraciones y también éxitos. Atender a niños que nacen con malformaciones, sin esófago, sin anito y ver que ahora ya tienen más de 14 años y que están vivos, es lo que nos llena”, asegura, tras revelar que se logró salvar la vida de muchos infantes, pese a la precariedad del hospital San Juan de Dios.
También explica que hay casos de niños que muchas veces no se logran resolver, porque algunos médicos no lo permiten. “Esto sucede cuando nos convocan tarde, porque de las provincias nos los derivan de manera tardía y a veces nos traen muy medicada a la wawa. Tenemos casos de peritonitis por perforación de apéndice que nos llegan a los siete días y ya no es posible salvar al pequeño”, señala entristecido el galeno.
Asimismo, recuerda que los padres en muchas oportunidades son imprudentes, pues automedican a los pequeños sin darse cuenta que podrían causarles daños severos. “La tradición casera es empezar con los mates, anís, mazanilla, coca y luego como la consulta es cara para ir al especialista o en el hospital tardan mucho, van a la farmacia, donde, la farmacéutica les da los remedios adivinando el cuadro del niño”, explica.
Esperan que Materno Infantil cuente con especialidades
De acuerdo a lo informado por el doctor Marcos Oliva Castrillo, las instituciones departamentales encargadas de la salud en Tarija deberán hacer gestiones oportunas para conseguir ítems para médicos con especialidad en pediatría, tomando en cuenta que se lleva adelante la construcción del Materno Infantil.
“En adelante se viene el Materno Infantil, y es necesario contratar a más personal médico. Soy el único cirujano pediátrico en todo el Departamento y con esa infraestructura no podría cubrir la demanda de toda la población”, afirma Oliva, tras dar a conocer que en Tarija no hay médicos especializados por ejemplo en Oncología para niños, motivo por el cual los menores son destinados a otros departamentos.
Detalles sobre la obra
A finales de la gestión 2014, el director de Infraestructura de la Gobernación, Eduardo Miranda, señaló que la inversión para el trabajo de obra fina en el Hospital Materno Infantil llegará a Bs 122 millones. Dentro del monto también está contemplada la pre-instalación de circuitos eléctricos, servicios básicos y otros.
“Estamos realizando un duro trabajo de fiscalización y nos alegra saber que tanto la empresa constructora como la supervisión están trabajando arduamente, cumpliendo las especificaciones del contrato”, afirmó Miranda. Tras señalar que el proyecto entre otros consta de un amplio sótano, donde estarán los equipos de generación de electricidad y una sala de emergencia totalmente equipada con tecnología de punta.
La capacidad del centro de salud especializado para el binomio madre-niño será de 500 camas. Tendrá una sala de incubación, una sala de rayos X, resonancia magnética y otros.
La autoridad informó que para este febrero está prevista la licitación de provisión de equipos para el hospital.
Según el cronograma establecido, la infraestructura será entregada a mediados de julio del 2015. La Gobernación financia la obra para cuya supervisión se destinaron 6 millones de bolivianos.
Según el Servicio Departamental de Salud (Sedes), el nuevo hospital Materno Infantil descongestionará por completo los servicios que brinda el nosocomio San Juan de Dios.
Apéndice es la causa principal de cirugía en los niños
Oliva informa que el cuadro apendicular es la primera causa de cirugía en pediatría en el mundo. La incidencia va aumentando con la edad hasta llegar a un límite de 10 a 12 años. Señala que rara vez ocurre antes de los dos años.
En este caso, la letalidad es menor, pues hay riesgo de un fallecido en mil atendidos, empero la mortalidad es de 2 a 4 veces mayor cuando el diagnóstico revela peritonitis. Esto ocurre con mayor frecuencia en niños pequeños. Explica que el 94% de los menores de dos años con apendicitis presenta perforación al momento del diagnóstico, pues los padres no se dan cuenta a tiempo del cuadro médico.
“El dolor apendicular en niños inicia en la boquita del estómago del pequeño, se hace general por la pancita y luego de 12 ó 24 horas se centra en la parte inferior. El dolor va asociado a fiebre que causa una parálisis del intestino por la infección”, detalla Oliva.
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