El hacinamiento en los hospitales públicos del país sube la incidencia de infecciones intrahospitalarias, coincidieron los profesionales participantes del primer Congreso de Enfermedades Emergentes en Bolivia, que se desarrolla desde ayer en Cochabamba.
Una enfermera, en muchos casos, debe atender a veinte niños y el tiempo no le alcanza para lavarse las manos entre uno y otro paciente, situación que eleva la probabilidad de que se presenten infecciones en las salas de los centros de salud, señaló una de las pediatras del hospital del niño Manuel Ascencio Villarroel.
Según el especialista en infestología Fernando Espinoza existe un déficit de recursos humanos ante la elevada demanda de camas de los pacientes.
Las recomendaciones realizadas por Espinoza para reducir las infecciones intrahospitalarias son mantener limpios los hospitales, no necesariamente desinfectarlos.
También mencionó la necesidad de realizar la vigilancia epidemiológica a cargo de un comité especializado. El último dato hace referencia a que solo el 10 por ciento de los centros de salud de todo el país cuenta con este Comité pero ninguno realiza un trabajo estructurado.
Lamentó que en algunos hospitales se continúe usando escobillones o escobas para hacer la limpieza.
El profesional mencionó casos en los que se encontraron cucarachas en laboratorios de microbiología en centros médicos.
El Ministerio de Salud ha elaborado normas, pero no son difundidas entre el personal de salud. Las que son socializadas no las aplican porque no existen las condiciones necesarias.
El expositor compartió con los participantes del Congreso la imagen de una sala neonatal, donde un bebé recibe oxígeno húmedo y tibio con ayuda de una olla de aluminio por la falta de un humidificador.
Otro requisito que debe ser cumplido por el personal de salud es el constante lavado de manos.
El profesional identificó deficiencias en los servicios sanitarios de los hospitales donde no hay papel para el secado de manos ni jabón líquido. También comentó que hay letreros donde se pide enjuagar los guantes para luego ser reutilizados. “Eso es algo que nunca se debería de hacer”, afirmó.
Demandó de parte de las autoridades la instalación de lavamanos con agua corriente en los centros de salud , dispensadores de toallas y jabón líquido.
Los médicos son los que menos se lavan las manos, especialmente los cirujanos. Los hombres lo hacen menos que las mujeres. Los que más se lavan las manos son los de terapia intensiva.
Piensan que el uso de los guantes suple el lavado de las manos, dijo.
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