domingo, 4 de enero de 2015

Pese a las normas, en siete años hubo cuatro infidencias médicas



Las cuatro normas que protegen la confidencialidad del paciente fueron violadas en al menos cuatro ocasiones en siete años. La infidencia “más grave” fue del ministro de Salud, Juan Carlos Calvimontes, al revelar un diagnóstico de sida, según el Colegio Médico.

“Cualquier revelación sobre la salud de un paciente, sin su autorización, es un delito; pero Calvimontes agravó la infidencia al convocar a conferencias de prensa para decir que una autoridad tiene sida, éste es el caso más grave en la historia médica del país”, sostuvo el presidente del Colegio Médico de La Paz, Luis Larrea.

El Ministro de Salud reveló el 22 de diciembre de 2014, en conferencia de prensa, que una autoridad padece del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida). Cuatro días después volvió a convocar a periodistas para calificar al paciente de “doblemente peligroso para la sociedad”, con el argumento de que dejó su tratamiento y podía “contagiar” a su entorno.

Larrea lamentó que hasta la fecha no haya una sanción directa. “Calvimontes vulneró la confidencialidad del paciente, establecida en cuatro normas: una internacional y tres nacionales”. (Ver infografía)

Casos. Pero éste no fue el único hecho, pues un caso similar sucedió hace siete años. Guillermo Mendoza, que en 2007 fungía como diputado, recordó que atendió la denuncia de un cadete militar destituido porque un galeno de la Corporación del Seguro Social Militar (Cossmil) violó la confidencialidad del paciente e informó que éste era portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

“A raíz de esa infidencia del médico, el cadete fue dado de baja y lo expulsaron para evitar que termine su carrera con el argumento de que había temor por el contagio. Llegamos hasta los tribunales y logramos su reincorporación. El médico infidente fue destituido de su cargo y el Colegio Médico le abrió un proceso, pero no se cuál sería su sanción”.

Otro caso de infidencia médica fue registrado en 2009, cuando el virus de la gripe AH1N1 ya había causado, hasta agosto de ese año, 21 muertes y más de 1.500 personas enfermas. Eddy Martínez, entonces director nacional de Epidemiología, informó a la prensa que después de asistir a un encuentro de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), el presidente Evo Morales fue sometido a un tratamiento preventivo. Martínez fue destituido tres días después de su revelación, según denunció a Erbol en ese entonces, por orden del Mandatario. “El Presidente está asintomático, no tiene ningún problema ahora (...). De todas formas él está recibiendo el medicamento como profilaxis para evitar una infección”, declaró tras ser destituido.

La última revelación sobre la salud de un paciente se realizó el 24 de diciembre de 2014, cuando el vicepresidente Álvaro García Linera informó que una autoridad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) padece de cáncer. “Lamentamos que el compañero (nombre de la autoridad), en los siguientes días, tenga que ausentarse a hacerse unas operaciones. Él tiene una enfermedad peligrosa, tiene cáncer, y tiene que hacer unos tratamientos; confiamos en que va a vencer eso”, dijo.

El exministro de Salud Guillermo Cuentas resaltó que el diagnóstico de un paciente solo puede ser revelado con su permiso y a través de su médico. “Él no es su médico y cometió otro exceso, no se puede divulgar la enfermedad de un tercero, eso no es correcto, así sea una autoridad del país”.

La abogada Paola Barriga coincidió con los excesos y resaltó que la infidencia de Calvimontes deja un grave precedente para que otros actúen de igual manera. “La privacidad es un derecho constitucional sagrado que adquirimos desde que nacemos, por ello las infidencias deben ser sancionadas para que no se repitan”.

Violeta Ross, miembro de la Red Nacional de Personas que Viven con el VIH/sida (RedBol), pidió a los médicos cumplir con las normas ante el diagnóstico de cualquier enfermedad. “Puede que una persona tenga un grano o un tumor, el médico no puede estar divulgándolo ni en los pasillos, al igual que las autoridades”.

Opiniones sobre la infidencia

Guillermo Cuentas: ‘Daña la confianza del paciente’

“Esta profesión no podría ejercerse sin la información valiosa proporcionada por la anamnesis. En el ejercicio se conocen aspectos íntimos de la persona, los que deben ser mantenidos en el más profundo secreto profesional. Las infidencias solo conducen al daño de la confianza del paciente y su entorno”. Exministro de Salud

Paola Barriga: ‘Debe ser penalizada sin excepción’

“El médico debe respetar el secreto de su paciente; una ruptura injustificada debe penalizarse sin contemplaciones, al igual que el rechazo de atención a pacientes, por ser un abuso profesional de discriminación que vulnera los derechos de la persona. Esto provoca la inseguridad en la sociedad, en cada una de las personas”. Abogada

Guillermo Mendoza: ‘La gente necesita saber más’

“Entendiendo que la gente no conoce sus derechos como paciente, menos puede saber sobre el derecho a la confidencialidad respecto al VIH. La sociedad tiene que cambiar porque no es entendible que a estas alturas aún no se entienda que el virus no se contagia sino que se transmite”. Activista de la Ley 3729 y candidato municipal por el MAS

Violeta Ross: ‘Ninguna información está segura’

“Que un ministro, cualquiera sea, pueda acceder al reporte médico de un paciente es preocupante. El mensaje que nos da es la falta de seguridad médica, o sea que ninguna información está segura porque cualquier médico podrá entregar la información para que el Gobierno pueda usarlo en contra del ciudadano”. Expresidenta de la RedBol


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