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lunes, 13 de julio de 2015
Tensión, silencios y susurros, una noche en la sala de emergencias
“Pague su consulta y vuelva” es la frase común que se escucha en la sala de emergencias del Hospital Regional San Juan de Dios. Quienes van acompañados con un familiar tienen “suerte”, porque ellos les hacen esa diligencia, pero aquellos que llegan solos no tienen alternativa.
Momentos de tensión, silencio y susurros marcan el ambiente que presenta este lugar, a esto se suma la molestia o, a veces, agradecimientos por parte de los familiares de los pacientes que necesitan urgente atención médica.
El reloj marcaba las once y media de la noche del 10 de julio. El termómetro había descendido a los 10 grados Celsius, y a medida que pasaban los minutos el ambiente se tornaba más frío. El viento que entraba cada vez que la puerta de ingreso se habría, hacía refregarse las piernas a quienes esperaban ser atendidos en el pasillo de esta área.
La noche parecía estar en calma, los dos camilleros de turno miraban Animal Planet en la televisión. Pero, de pronto, y en varias oportunidades, debían trasladar pacientes en silla de ruedas o llevarlos al área de internación en una camilla.
Algunos familiares salían preocupados con las recetas en la mano que les pedían los galenos después del diagnóstico que realizaban a los enfermos. A media noche tenían que ir a buscar una farmacia para comprar los fármacos que los médicos requerían para suministrar a los pacientes.
Ramiro Rojas (nombre convencional) estaba en la banca con una bolsa plástica que contenía un par de dosis para que le inyecten. Él aseguraba que le dolía el estómago, mientras se agarraba el vientre con su mano izquierda. Pidió, “por favor”, a las enfermeras que puedan suministrarle el medicamento.
Pero ninguna quería hacerlo, le respondían que eso no le iba a hacer nada. Él insistió, y después de diez minutos le suministraron la medicina, poco después se fue del nosocomio.
Mientras eso sucedía, una señora de aproximadamente 50 años de edad entraba y salía de la sala de observaciones. Su cara denotaba preocupación, pues, su hijo se encontraba mal de salud. De un momento a otro, una de las enfermeras gritó: “Está convulsionado el paciente”. Esto hizo que los tres médicos que se encontraban en sus consultorios corrieran hacía el lugar.
Luego de atenderlo, la médico de turno conversó con la madre del paciente. Le dijo que lo mejor era que lo lleve a una clínica, porque durante el fin de semana no le iban poder realizar el tratamiento que necesita su hijo en el hospital, que ellos sólo podían controlarlo, pero que no le garantizaban nada.
Hasta ese entonces ya había trascurrido una hora más. El reloj marcaba las cero horas con treinta minutos del sábado. La funcionaria encargada de cobrar las atenciones se había dormido.
En ese instante volvió Ramiro acompañado de esposa, pero ya no podía caminar. Entró a la sala de emergencia doblado y agarrándose el estómago con las dos manos. Susurraba: “Ayyy, me duele, ya no puedo más, haga algo doctora por favor”.
Él presentaba un cólico cerrado, entró al consultorio para ser atendido, y la doctora molesta le dijo: “Saben la patología que tiene e igual comen alimentos que le hacen daño, no entienden realmente”. Luego ordenó que alisten una cama para que repose hasta que se sienta “bien” y luego se vaya a su casa.
Ramiro ocupó la última cama que había disponible en la sala de emergencias, mientras los galenos y enfermeras se desplazaban en los pasillos, visiblemente agotados y en medio de recurrentes susurros, silencios y tensa alerta frente a la casi segura nueva emergencia.
Remodelación de la sala de emergencias no comenzó
Dentro del Proyecto de Remodelación, Ampliación y Refacción del Hospital Regional San Juan de Dios, se tiene previsto la remodelación de la sala de emergencias del nosocomio, pero aún no se comenzó con la construcción de este componente. Según el ex director del HRSJD, Nelson Llanos, desde que empezó la gestión 2015 la empresa constructora le había conminado a desocupar ese lugar para empezar con las obras, Mientras que el actual director, Roberto Márquez, señaló que existen observaciones técnicas en el diseño.
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