Esta situación se conoce luego de que el Gobierno nacional informó sobre el costo de los equipos y que se destinó un monto económico adicional por aparato para cubrir temas como instalación y capacitación.
El presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (Sbmcti) de Tarija, Roberto Mérida, dijo a Página Siete que en el hospital donde él trabaja hasta la fecha no recibieron ningún tipo de capacitación para el manejo de los aparatos. “Probamos en dos pacientes y se desprogramó al par de horas”, aseguró.
El director del Servicio Departamental de Salud (Sedes) Cochabamba, Yercin Mamani, aseguró que el Gobierno sólo les hizo la entrega de los respiradores y no hubo una capacitación indicada. “Los intensivistas con los biomédicos fueron armando (los aparatos) en los centros de salud, por eso hubo el problema en el manejo del software”, indicó en un contacto con Página Siete.
Según Mamani, ante tanta insistencia, recién en las últimas semanas personal de la firma llegó para enseñar sobre cómo manejar los equipos. “Hace dos semanas vieron los representantes de la empresa y nos dijeron (que realizarían) capacitación continua, pero eso fue un solo día”, agregó.
En el caso del departamento cruceño, el presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (Sbmcti) de la regional Santa Cruz, José Luis Prieto, dijo que como especialistas en área no recibieron ningún tipo de capacitación.
“Tal vez hubo (capacitación) a nivel hospitalario porque en la Sociedad Boliviana (de Medicina Crítica y Terapia Intensiva) no hubo ninguna”, contó Prieto en una entrevista con Página Siete.
Prieto explicó que los respiradores fueron armados por el ingeniero de biomédica del hospital. En cuanto al mantenimiento, el especialista dijo que el centro de salud corre con el gasto económico. Dijeron también que no hubo repuestos”, agregó.
El jueves, el Gobierno justificó el pago adicional de aproximadamente 17.358 dólares por cada respirador chino que adquirió, lo que hace un total de 5,6 millones de dólares el pago extra que se hizo por los 324 equipos.
Desde el Ministerio de Salud se confirmó el jueves que en realidad se pagaron 35.858 dólares por cada respirador, es decir un pago adicional de 17.358 dólares, haciendo un total de 11,6 millones de dólares cancelados. De esta manera se pagaron 5,6 millones de dólares adicionales al costo total de fábrica en abril de este año.
Dentro de este pago adicional, por cada uno de los respiradores chinos, se destinó 4.157 dólares para el almacenaje, capacitación, instalación y movimiento a nivel nacional, además de garantía (dos años), mantenimiento (dos años), repuestos (cinco años), costos administrativos y costos de bioseguridad.
Es decir que se cuenta con un monto para dar capacitación sobre cómo manejar los equipos, pero el informe del Gobierno no precisa cuánto se destina de forma específica para la enseñanza en cómo operar los aparatos. Pero Tarija, Santa Cruz y Cochabamba reportaron que no recibieron los cursos requeridos para operar las máquinas.
El presidente del Comité Científico de la Sbmcti de La Paz, Patricio Gutiérrez, contó que sólo fueron convocados por el Ministerio de Salud -a través de la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnología en Salud (Agemed)- para validar el funcionamiento de los respiradores asiáticos. Recordó que el comité entregó en junio un informe al Ministerio de Salud y en este documento los especialistas señalaron que los equipos no cumplían con las especificaciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) exigía, pero las observaciones no fueron tomadas en cuenta.
Intensivistas: Equipos chinos son básicos
El Comité Científico de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (Sbmcti) indicó que los 324 respiradores chinos que fueron entregados por el gobierno de Jeanine Añez son muy básicos y no están calificados para pacientes con coronavirus.
El presidente del Comité Científico de la Sbmcti, Patricio Gutiérrez, contó que la entidad alertó al Gobierno sobre al menos seis deficiencias de los respiradores chinos. Una de las observaciones se refiere que en la atención a los pacientes críticos el equipo no tenía fuerza ni las características que debía tener para atender a un enfermo con Covid-19.
El especialista explicó que cuando se habla de que no tiene fuerza, se refiere a que “la máquina debe brindar suficiente gas a los pulmones para que tengan suficiente oxígeno y eliminen dióxido de carbono. Eso necesita una fuerza importante, pero el equipo no tiene eso”.
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