miércoles, 15 de junio de 2016

Video Sacar ficha en el Viedma, todo un desafío


Lidia C. tiene 29 años y hoy se levantó a las 3 de la mañana para hacer fila en el hospital infantil Manuel Ascencio Villarroel en busca de una ficha para su hijo de 8 años que tiene problemas del corazón.

Desde el 2014 ella viene al hospital, una o dos veces al mes; la rutina es la misma, madrugar o ir a dormir en la puerta para asegurar un turno. Pero a veces también tropieza con problemas que le hacen más complicada su situación, como aquella vez con un doctor que no quiso atenderla.

Como Lidia cientos de personas vienen a los hospitales públicos de Cochabamba cada día y se encuentran con filas largas, malos tratos y problemas administrativos.

El complejo Hospitalario Viedma consta de cuatro nosocomios de tercer nivel; el hospital Viedma, el maternológico Germán Urquidi, el infantil Manuel Ascencio Villarroel y el gastroenterológico Boliviano-Japonés.

La estructura es la más grande del departamento y la que más pacientes recibe. Tiene una capacidad instalada de 500 camas; 190 en el Viedma, 140 en el materno, 80 en el pediátrico y 90 en el Gastro. Pero se necesitan al menos mil camas para cubrir las necesidades de los más de un millón de habitantes del eje conurbano.

Y esta falta de espacio se siente cada día más en los pacientes que acuden a los hospitales.

Nazario Soto trajo a su suegra Bárbara Rodríguez desde la zona de El Abra, en Sacaba, para que la atiendan por su reumatismo. Esta consulta la debe hacer cada dos semanas y no queda otra que madrugar. El Viedma solo reparte 600 fichas por día y llegan hasta 800 pacientes.

“Yo tengo que venir porque mi mamá no puede salir por el frío. Ella viene directo para su ficha. Yo me quedo a dormir, estoy día antes desde las 7 u 8 de la noche”, dijo.

Y sí, hay personas antes que Nazario. Él es la tercera o cuarta persona en la fila a pesar de que viene día antes.

La directora del hospital Viedma, Deici Rocabado, dijo que este problema es estructural y no se resuelve solo con mejorar el sistema de fichaje. Aseguró que se está licitando un nuevo sistema electrónico que se implementará en los próximos tres meses en todo el complejo, pero que el tema de fondo es la capacidad hospitalaria y la cantidad de ambientes.

Además falta una cultura de uso de la red de hospitales. “Los pacientes tienen la costumbre de venir directo al Viedma, saltándose toda la red previa, como la posta de su barrio o los centros de segundo nivel. A veces vienen por un dolor de estómago o por una gripe, cuando eso tranquilamente lo resuelven en el centro de salud más cercano. Esto también causa hacinamiento”, explicó.

No es el caso de José Lima (35). Él vino desde Vallegrande, en Santa Cruz. Es casi un día de viaje. Es agricultor y hace un mes su hijo de 10 años se rompió el brazo izquierdo. Al principio no vio que fuera grave, así que una semana después recién visitó un hospital.

En la posta de su zona le dijeron que tenía que ir a uno de segundo nivel, así que viajó directo hasta Cochabamba buscando algo más “barato”. Llegó martes y preguntó en algunas clínicas; se asustó del precio. Luego fue a los hospitales municipales de Sacaba, Punata y Cliza, pero los tres le refirieron al Viedma porque no podían atenderlo totalmente gratis.

En el Viedma le dijeron que le atenderían y que verían su caso con la trabajadora social. El jueves atendieron al pequeño José. El pequeño corría de un lado a otro del pasillo del hospital, no parecía importarle su brazo roto.

La administrador del pediátrico, Shirley Díaz, dijo que en el caso de ese nosocomio uno de los mayores problemas es la falta de una “cultura del paciente” y de “prevención” en la salud de los niños.

“Vienen cuando el niño ya está con un cuadro grave o, por el contrario, por casos que podrían tratarse en el centro de salud de su barrio”, dijo.

Otra paciente, que no quiso dar su nombre pero que aceptó ser grabada, dijo que el servicio en el Viedma ha empeorado en los últimos años. Ella viene desde hace cinco años a hacer tratamientos complementarios por un cáncer.

Asegura que los administrativos del hospital son los que generan los problemas, pero que la atención en la parte médica es buena.

“Son los de fichaje no más, si ellos quieren trabajan y si no lo dejan a uno esperando media hora. No solo es madrugar, eso es lo primero. Aquí adentro hay que peregrinar de oficina en oficina. Los doctores son buenos pero los administrativos no ayudan”, mencionó.

Las especialidades de reumatología, traumatología, son las más requeridas por la población.

Desde septiembre de 2015 se amplió la atención de horarios hasta las 20:00, pero aun así las colas continúan en las mañanas.

La administradora del hospital del niño, Shirley Díaz, dijo que las fechas más críticas son las vacaciones invernales, ya que se registran más infecciones respiratorias.

La Gobernación y el directorio del complejo hospitalario elaboraron un Plan Estratégico que prevé incrementar el presupuesto actual y construir un edificio nuevo.

Sin embargo, esto se concretaría hasta 2018.

Mientras tanto los pacientes deben sortear cada día el desafío de sacar una ficha en el complejo Viedma.

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