miércoles, 12 de febrero de 2014

El “viacrucis” de los beneficiarios de la Caja Nacional de Salud en Tarija

Aportar mensualmente a un seguro médico puede ser molesto pero sólo hasta que se lo necesita, pues el tener una garantía sobre la atención médica en un momento de urgencia sin duda alivia al que repentinamente cae enfermo, pero lamentablemente la salud por muy asegurada que parezca aún sigue siendo un tema que hace padecer un “viacrucis” a los “beneficiarios” de la Caja Nacional de Salud (CNS) de Tarija.

El caso de Lucía (nombre ficticio) es el mejor ejemplo, Lucía sufrió un accidente el pasado 17 de enero cuando salía de su casa para comprar una tarjeta de internet, lloviznaba y resbaló con tan mala suerte que su cuerpo giró pero su pie no, rompiéndose el peroné y el tobillo del pie izquierdo.
Sumida en el dolor más profundo se dirigió de emergencia al hospital Obrero como beneficiaria de la CNS, esperó ser atendida de inmediato pero el traumatólogo estaba cumpliendo su turno en el Hospital San Juan de Dios, le hicieron saber que sólo si tuviera una fractura expuesta el médico acudiría.
Desesperada y en llanto recurrió a hablar con la directora y de esta forma fue trasladada en ambulancia donde se encontraba el traumatólogo, esa noche fue internada, le pusieron un yeso y la despacharon al día siguiente con la indicación de que retorne en 10 días. Su historia estaba lejos de terminar, pues le tocó vivir en carne propia las limitaciones del seguro médico en Tarija.

La realidad del Caja Nacional de Salud en Tarija
En Cercado hay aproximadamente 80 mil asegurados y beneficiaros de la Caja Nacional de Salud, trabajadores de empresas privadas y estatales que agregan a los beneficiarios al conyugue y los hijos, además son 8 mil los que están dentro del seguro de adulto mayor en los cuatro municipios: Cercado, San Lorenzo, Yunchará y El Puente, sumando a éstos, Yacuiba y Villa Montes, a nivel departamental existen aproximadamente 115 mil asegurados a la Caja Nacional de Salud de Tarija.
Si bien la administración regional de la CNS refiere que se encuentran en etapa de reestructuración para la implementación de un servicio más adecuado en la parte preventiva y más promocional a la atención oportuna del paciente, el principal limitante continúa siendo la poca cantidad de médicos especialistas que existen en el departamento, sobre todo en el área de anestesiología y traumatología.
Es por ello que las largas filas para adquirir una ficha para la atención médica sigue siendo una constante diaria, más aún cuando los beneficiarios deben recurrir a pernoctar en el hospital para lograr esa ficha anhelada pero así y todo no es una garantía, pues muchos “acampadores de fichas” no logran ni con ello ser atendidos.
Para Lucía el dormir en la fila no es una alternativa, vive sola y tiene el pie fracturado, pese a ello logró que una amistad voluntariamente se sometiera al sacrificio, para sólo ver como a primera hora de la mañana se entregaban apenas 7 fichas dejando a los demás con sus esperanza perdidas y a Lucía con un yeso que debería haberse cambiado hace dos semanas.

Médicos dudosos
Con el yeso inservible aún en su pie adolorido, Lucía recurrió al traumatólogo que la había atendido para comentarle de su situación y el gran problema de no poder conseguir la ficha, el médico le indicó entonces que fuera a su consultorio privado donde por atenderla le cobró 140 bolivianos, dinero que no tenía y que además se le hacía injusto pagar pues mensualmente se le descuenta 300 bolivianos de su salario para el seguro médico.
Decidió facturar a nombre de la CNS, el médico enterado de ello le pidió que vuelva a su consultorio para indicarle únicamente que la factura de nada le serviría, “no me importa”, asegura Lucía que denuncia el maltrato que recibe, “no es gratis y nos tratan como si pidiéramos limosna”, lamenta; pues además vio como una señora de avanzada edad, con una fractura en la cadera hacía ella misma la fila para adquirir la ficha que nunca le dieron, como dejando la única opción “el recurrir a un consultorio privado”.
Cuando el traumatólogo vio la segunda radiografía de Lucía se asustó, además porque se le advirtió de que se pondría una denuncia. Empero, éste insistió en la consulta privada y aseguró que el cambiar el yeso costará 300 bolivianos, además le dio a elegir entre operarse o sólo volver a poner el yeso. “El médico tendría que elegir, yo no soy doctora”, comenta visiblemente indignada Lucía pero sobre todo muy preocupada por la condición de su pie a estas alturas.
Juan Seborga, administrador regional de la CNS, indicó no estar enterado de este caso y dijo que si bien se da prioridad a los pacientes con fracturas expuestas, en el caso de traumatismos como la fractura de un pie o de una cadera se tendrían que atender de inmediato, por lo que aseguró que se trataría de una mala orientación del personal hospitalario.
“Tenemos solo dos traumatólogos (uno de vacaciones) no se trata de inoperancia de la Caja, no hay muchos profesionales en algunas áreas y se hacen esfuerzos para que el médico pueda atender a todos los pacientes”, indicó.
Sobre las largas filas, para ni con ello adquirir una ficha, aseguró que se atienden de 9 a 12 pacientes por día; pues al menos en traumatología se requiere de mayor tiempo para la atención de un paciente. Consientes de este inconveniente afirma que se estaría tramitando en La Paz la posibilidad de ampliar la cobertura haciendo referencia a que no existen los suficientes profesionales en el medio.
Sobre los testimonios mencionados Seborga aclaró que cualquier paciente con urgencia debe ser internado y el médico traumatólogo tiene que acudir, “posiblemente fueron situaciones en las que surgió dificultad pero mejoramos a fin de que no ocurran más estos problemas, sobre estos dos casos conversaré con el director del hospital para tomar medidas y prevenir que en situaciones como ésta el paciente sea rápidamente internado”, comprometió.
Haciendo referencia a algunos casos en los que se acude de emergencia a un consultorio privado para salvar una vida, dijo que en caso de que se hagan gastos en centros médicos privados, existe una comisión que estudia estos casos y reconoce el gasto que la persona beneficiaria del seguro médico hizo por emergencia o para salvar su vida.
Lucía en tanto asegura que su denuncia no es tanto por ella misma, pues pudo ver personas muy humildes que con seguro médico están suplicando para ser atendidas, “hay que llorar para una ficha y no puede ser así, culpan a la administración pero no puede ser que la gente tenga que estar muriendo para ser atendida, estoy con calmantes, el dolor es tan fuerte que uno quiere morir y parece que no les importa el sufrimiento de la gente”, afirma con angustia, mientras espera aún ser atendida.



Compromisos del administrador regional

A partir del lunes 10 de febrero la Caja Nacional de Salud entra en una etapa de reestructuración implementando un servicio más adecuado en el policlínico de la Caja, ubicado en la calle Daniel Campos; de esta manera se dará prioridad a la atención del paciente en su entorno familiar con visitas a domicilio, mismas que se pueden solicitar sacando ficha o solicitando la atención vía telefónica, aseguró el administrador regional, Juan Seborga.
Con un nuevo enfoque en un programa preventivo de salud se implementará un médico, tanto en el hospital Obrero como en el policlínico para la atención de los “desbordes”, es decir de los que no logran sacar su ficha.
Todos los beneficiarios del seguro tienen derecho a la atención médica, tanto el asegurado como su familia, se atienden todas las patologías. En caso de problemas muy serios con tratamiento especial son derivados al Hospital Obrero de la ciudad de La Paz; mediante tramite del trabajador social se paga el pasaje de ida y vuelta del paciente, si es menor o adulto mayor se pagará el transporte del acompañante y si se requiere la presencia del médico en el traslado esto también estará cubierto por el seguro.

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