domingo, 25 de octubre de 2015

Hugo Arce, el especialista que da guerra a enfermedades raras



Enfermedades como el Síndrome de Guillain-Barré, epilepsia, esclerosis, lupus y otras denominadas autoinmunes (cuando el cuerpo causa una reacción que destruye tejidos sanos) tienen un enemigo: el doctor Hugo Arce, quien asegura que con una fórmula alarga la vida de gente desahuciada.

La antesala del consultorio lleno de pacientes es el reflejo de la fe y esperanza que ponen los enfermos y sus familiares en Arce, quien vestido con una bata blanca escucha con paciencia la historia de cada uno. La incredulidad, al principio, por la promesa de una cura y después la alegría y el optimismo al notar cambios son característicos en este lugar, dice el especialista.

La Razón acudió al consultorio y evidenció que hombres, mujeres y adolescentes afectados por el lupus, hernia de disco, artrosis reumatoidea, esclerosis y otros trastornos autoinmunitarios, conocidos también como “enfermedades raras” porque se dan cuando el sistema inmunitario del cuerpo ataca y destruye tejido corporal sano por error, comparten sus experiencias.

Son muchos los enfermos que aseguran que Arce cambió sus vidas. Los pacientes que acuden son de diferentes edades y situación económica, provenientes de La Paz, El Alto y otros.

“Tengo artritis reumatoidea y durante años deambulé por los consultorios porque quiero tener una vida con calidad. Otros médicos dijeron que no tengo cura y que con el tiempo la enfermedad se agravaría, pero un amigo me dio esta dirección. Ahora no tengo dolores, tengo una vida normal, realmente es un milagro, por eso lo llamamos el ‘doctor Milagro’”, manifestó Andrea Salazar, una paciente.

La artritis reumatoidea es una enfermedad crónica que causa la inflamación de las articulaciones y los tejidos circundantes, y también puede afectar otros órganos, explicó Arce.

“El origen no es claro, pero puede ser por una infección, los genes u hormonas. Se puede presentar a cualquier edad, aunque es más común en mujeres de mediana edad”, detalló el especialista, tras reconocer que sus pacientes, después de comenzar el tratamiento, lo llaman “doctor Milagro”.

“Los pacientes me pusieron ese nombre, al principio me sentí medio raro pero con el tiempo me fui acostumbrando”, dijo este boliviano que incluso captó la atención de la cadena internacional CNN en Español, que le hizo en 2014 un reportaje titulado “El doctor milagro vive en Bolivia”.

Fórmula. El secreto o fórmula para mejorar la calidad de vida de los enfermos que llegan al consultorio, ubicado en la zona Sur de La Paz, es sencilla, aseguró el profesional, quien aplica lo aprendido en el posgrado de biología molecular y en diversos cursos.

La fórmula para la curación no tradicional se basa en la aplicación por inyección de las citoquinas, que son proteínas que regulan la función de las células que son producidas por esta sustancia. Arce explicó que son agentes responsables de la comunicación intercelular y sus funciones son variadas, pero ejercen la diferenciación y maduración de las células del sistema inmunitario para detener el ataque.

Esta sustancia es preparada por el médico para ser inyectada a las distintas partes del cuerpo del paciente, quien recibe la cantidad de dosis de acuerdo con el mal que padece.

“El tratamiento puede ser largo o corto, según lo avanzada que esté la enfermedad y el cumplimiento de todas las recomendaciones que se da. Las mismas no impiden que lleve una vida normal, como salir a correr, divertirse, algo que muchos no hacían durante años porque la pasaban en hospitales o encerrados en su casa”, mencionó.

Aunque el éxito de su fórmula es rechazada por algunos especialistas del país, los pacientes no se cansan de agradecer a su “doctor Milagro”.

Estudios en La PazArce nació en la capital de la provincia potosina de Nor Chichas, Tupiza, el 20 de diciembre de 1965. Realizó sus estudios de primaria y secundaria en el colegio La Salle, de La Paz. En la UMSA obtuvo los títulos de técnico en Terapia Física y las licenciaturas en Fisioterapia y Kinesiología.

Especialista enfrentó un trastorno autoinmune

En su segundo año de cadete en la Fuerza Naval, Hugo Arce sufrió los síntomas del síndrome de Guillain-Barré, por lo que acudió a sesiones de fisioterapia y vio cómo otros pacientes y sus familiares sufrían tratando de sobrellevar males en los que el sistema inmunitario era atacado.

“Fue una lección dura para mí, y no era el único. Salí de las fisioterapias, me puse a estudiar medicina y juré que nadie más iba a sufrir lo que yo padecí, y creo que estoy cumpliendo esa meta”, relató el médico boliviano que estudio Fisioterapia y Kinesiología en la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés.

El fisioterapeuta obtuvo una beca de posgrado en Biología Molecular, en la Universidad de Nueva York (Estados Unidos).

Arce relató que ya con el posgrado se dedicó a realizar investigaciones en neurología; algunos trabajos fueron elogiados y expuestos en la Academia Americana de Neurología, así lo demuestran los certificados que se exponen en la sala de su consultorio.

Después de cosechar éxitos en el extranjero y con bastantes estudios sobre el sistema inmunológico, decidió regresar a Bolivia; en 2004 abrió su consultorio en La Paz, pero en un principio la respuesta que recibió no fue la esperada.

Entre el rechazo de algunos de sus colegas y el escepticismo de otros, a su consultorio comenzaron a llegar los primeros pacientes, hoy son más de 30 por día que acuden a los servicios. “La mayor satisfacción es ver a un paciente sano, no lo que otros digan”, dijo.

Mabel Castillo

‘Mi vida se desarrolló en los hospitales’

Con 34 años, Mabel Castillo pasó casi toda su vida dentro de los hospitales. Hace menos de diez años los médicos la desahuciaron porque tenía un lupus avanzado, al igual que la artritis. “Mi mamá me decía que desde que nací me la pasé en los hospitales”.

Castillo relata que su madre le contó que de bebé su piel se llenaba de pus y los médicos no encontraban la causa. Cuando le tocó ir a la escuela solo podía hacerlo en la noche, pues su cuerpo se llenó de manchas rojas y nadie sabía por qué. En la adolescencia nada cambió, tenía más síntomas pero los profesionales no hallaban las causas.

“En la escuela mi cara era roja, mi cabello, uñas y cejas se caían, no sabía qué hacer. A los 13 años perdía mucha sangre. A los 20 años un médico me dijo que tenía lupus y que moriría en poco tiempo y me resigné”, expresó.

Pese a la adversidad de perder a su madre, quien falleció con cáncer, ella se casó y embarazó; aunque los galenos indicaron que el feto tendría el síndrome de Down, el bebé nació.

“Cuando nació mi hijo decidí pelear a la muerte y me avisaron sobre los milagros del doctor Arce, lo busqué hasta que llegué a su consultorio. Me analizó y dijo que me iba a curar y que debía comprar un medicamento, no sabía dónde conseguir dinero, pero me ayudaron”, relató.

Tras medio año de tratamiento pudo levantar a su hijo. Al no tener dinero para el tratamiento y tras que Arce conoció su historio, éste decidió no cobrarle nada. Su hijo ya tiene ocho años y ella asegura sentirse casi curada. Ahora estudia Contabilidad.

Iveth Pando

‘El doctor Arce es mi ángel, salvó mi vida’

“Yo era una persona feliz, tenía un buen trabajo y con la llegada de mi hijo me sentí realizada como mujer. Pero al poco tiempo del nacimiento de mi bebé comencé a tener síntomas que jamás había sentido”, recordó Iveth Pando.

Contó que después de andar de hospital en hospital y sin saber qué le pasaba a su organismo, hace cinco años los médicos le diagnosticaron esclerosis, una enfermedad de la que ella jamás había escuchado.

“Empecé a leer libros, pero entendía poco, los médicos comenzaron un tratamiento, pero en vez de mejorar, cada día me sentía peor. Mi piel se endureció, al principio una parte de mi cara se paralizó y luego ya no podía caminar”, dijo.

La enfermedad está caracterizada por el endurecimiento del tejido o los órganos internos. “Este mal se apoderó de mí, al extremo de que ya ni siquiera podía comer”.

Iveth perdió su trabajo y gastó todos sus ahorros buscando un tratamiento que la cure porque quería vivir para su hijo.

“No podía hacer nada, ni siquiera cambiar el pañal. Me daba miedo dormir porque pensaba que ya no despertaría”, manifestó.

Pero un amigo le trajo noticias sobre Hugo Arce y le recomendó que lo visite. La esperanza nació en ella y se fue al consultorio del galeno. “Al verlo y escucharlo me dije a mí misma que él me curaría de verdad. Me dijo que tendría que tener confianza porque el tratamiento es largo, pero a los pocos meses me sentí mejor, caminé sin ayuda y podía cargar a mi hijo”.

“Él es mi ángel, salvó mi vida, he vuelto a nacer. Volví a trabajar y tengo tanto que dar y aprender que ahora estoy estudiando bioquímica en la universidad para ayudar en la investigación de este tipo de enfermedades que se dan en el país y así dar esperanza de una vida larga a otras personas tal como este médico me las dio a mí”, expresó.

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