La crisis en la Caja Petrolera de Salud (CPS) ha tocado fondo. Hay saturación de pacientes, faltan camas, medicamentos y materiales, al extremo de que no hay guantes ni hilos para las cirugías. Debido a esta situación, cada mes se dejan de hacer unas 100 cirugías, lo que significa que gran cantidad de enfermos debe peregrinar para que le reprogramen las operaciones o deben buscar atención en otro centro hospitalario.
Los médicos y profesionales de la institución creen que la profunda crisis que atraviesa la CPS, la misma que hasta hace diez años ofrecía la mejor atención de todos los seguros del país, se debe a la deficiente administración. Por eso, hoy cumplen el segundo día de paro (la medida es por 72 horas) para exigir la destitución del director ejecutivo nacional, Édgar Quispe, quien está a cargo de la institución desde hace tres años.
La medida se cumple a escala nacional, ya que todas las regionales enfrentan problemas por la falta de personal, de insumos y de camas. Sin embargo, la más afectada es la regional Santa Cruz, que concentra el 60% de los asegurados, con 130.000 afiliados.
El ejecutivo del Sindicato Médico y Ramas Afines (Simra) Santa Cruz, Franklin Steimbach, pidió a los asegurados su apoyo en esta acción, al indicar que la situación de la caja es insostenible, pese a que solo la regional Santa Cruz tiene $us 4 millones de ingresos mensuales, dinero que se maneja en La Paz. “Todo el mundo sabe que la caja tiene recursos, pero los afiliados deben hacer cola para todo, faltan camas, se suspenden las cirugías, no hay laboratorios, la gente debe comprar recetas”, expresó.
Algunos afiliados, como Marcelo Escobar, que llegó ayer hasta la CPS, para que le programen una cirugía de apéndice y que se topó con el paro, respaldaron lo dicho por el dirigente médico.
Piden una auditoría
Ante esta situación, los galenos y profesionales exigen que se haga una auditoría financiera y administrativa e hicieron notar que en la institución hay más administrativos que personal de salud. Allí hay solo 500 profesionales de salud frente a 700 administrativos. Los primeros deben darse modos para atender cada día 1.800 pacientes en la consulta externa y 200 pacientes en Emergencias, afirmaron.
EL DEBER intentó comunicarse vía telefónica con el director ejecutivo Édgar Quispe, pero su celular se mantuvo apagado
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