CASOS FRECUENTES
Los compradores tienen derecho a ver la fecha de vencimiento de sus productos y el registro sanitario realizado en Bolivia, aunque ambos datos se encuentren sólo en los empaques de las cajas.
Un total de 248 farmacias están apostadas en distintos puntos de Sucre y aunque una gran parte está ubicada en el centro de la ciudad, cada vez hay más recintos en los barrios alejados. Sin embargo, su frecuente aumento exige mayor control; en lo que va del año, un caso de un médico que compró en grandes cantidades un medicamento usado como abortivo y luego se fue del país, es la denuncia más relevante.
El galeno de origen árabe comenzó a comprar grandes cantidades de misoprostol un medicamento de venta controlada, creado para el tratamiento de problemas gástricos, pero que se ha llegado a usar como abortivo sin medir las consecuencias y efectos alternos de su uso para ese fin, según un informe de la responsable de Medicamentos y Productos del Servicio Departamental de Salud (SEDES) Chuquisaca, Liliana Pua Padilla.
Asegurando ser parte de una clínica, el médico fue denunciado cuando retornó pronto a una farmacia donde ya había comprado una gran cantidad de tabletas con misoprostol. Las encargadas del recinto dieron la alerta al SEDES que en la investigación preliminar descubrió que el médico no era parte de la clínica que citaba al hacer sus compras.
El caso fue derivado a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), pero el médico no fue detenido ya que habría salido del país antes de ser procesado.
“No se sabe si practicó abortos, (el compuesto) se utiliza para problemas gástricos, pero encontraron fines para el uso de abortos. La farmacia nos llamó y nos dijo que iba mucho y cortamos a tiempo, pero se fue”, comenta Pua.
Ese fue el caso de mayor relevancia que se atendió este año en las instancias del SEDES, que recientemente realizó una inspección en la que de 34 farmacias revisadas, 32 ofrecían insumos sin registro sanitario, aunque los productos no eran de contrabando puesto que sí contaban con registro del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG).
VENTAS ILEGALES POR INTERNET
Por otra parte, hace algo más de una semana la Fiscalía Departamental de Chuquisaca imputó a dos estudiantes de Medicina que fueron sorprendidos vendiendo pastillas de Cytotec de manera ilegal para su uso en la inducción al aborto.
Las ofertas las hacían a través de redes sociales de grupos de compraventa que se dedican a ofrecer fármacos de venta controlada. Según el fiscal departamental, Roberto Ramírez, agentes de inteligencia hacen seguimiento a estos espacios de ventas.
En noviembre del año pasado, CORREO DEL SUR publicó que sólo en ese mes, una página de Facebook de compraventas contenía dos anuncios de personas que ofertaban esas pastillas.
FÁRMACOS DE VENTA CONTROLADA
Hay dos tipos de sustancias consideradas controladas en cuanto a fármacos: los psicotrópicos y los estupefacientes. En Bolivia, la venta de psicotrópicos se realiza con receta archivada, así que el paciente debe dejar la prescripción en la farmacia, aunque no se lleve toda la cantidad solicitada. Las farmacéuticas presentan cada tres meses sus libros de actas de cada medicamento y las recetas originales de las sustancias que se archivan en el SEDES.
Para los estupefacientes, el control es más estricto ya que las recetas además deben prescribirse en una boleta valorada que los médicos deben adquirir a Bs 20.
“Tenemos dificultades porque los médicos no quieren comprar y les pedimos que acaten; autorizamos la venta siempre y cuando esté en receta valorada, el perjudicado es el paciente porque tiene que volver con esa prescripción”, explica Pua.
La responsable de Medicamentos y Productos del SEDES precisa que este tipo de sustancias pueden emplearse para dopar a las personas y así aprovecharse de su inconsciencia para violarlas o para traficar con ellas, por lo que deben hacer un seguimiento exhaustivo sobre los modos y cantidad de su dispensación.
“Vemos en otras ciudades que les hacen dormir para trata y tráfico, les dan una cantidad mayor y la personas se duermen, (les suministran dosis) en refrescos y bebidas y de ahí que suceden violaciones”, detalla.
En el último operativo realizado en Sucre, se encontró que una farmacia tenía dos productos de dos tipos de medicamentos controlados por demás con relación a sus registros, por lo que en el SEDES se aguarda por los descargos del lugar para ratificar que no se trate de una situación irregular.
Según la secretaria General de la directiva de la Asociación de Propietarias de Farmacias (APROFAR) Chuquisaca, Sonia Serrudo, las normas que deben seguir para la dispensación de esos medicamentos son exigentes, por lo que considera que las afiliadas no suelen infringir en este tipo de procedimientos, aunque observó que la inspección del SEDES haya sido en compañía de efectivos de la FELCC, ya que asegura que esa instancia sólo puede acudir a una farmacia en caso de denuncia.
DENUNCIAS FRECUENTES
Según la responsable de Medicamentos y Productos del SEDES, la queja que más reciben de parte de los usuarios es que no pueden ver la fecha de vencimiento de sus medicamentos, porque muchas veces esta especificación sólo se encuentra en la caja de los productos y no así en la dispensación individual del producto.
“Siempre nos vienen a hacer denuncias porque no pueden ver la fecha de vencimiento, entonces quiero pedir a las regentes farmacéuticas que al vender hagan conocer (la fecha), porque se supone que el cliente tiene derecho a saber lo que es la fecha de vencimiento, debe saber su registro sanitario y que éste sea (tramitado) en Bolivia”, detalla Pua.
En promedio, el SEDES recibe una denuncia al mes de ese tipo de casos, siendo la queja más común sobre la venta de medicamentos, sin embargo, en 2016 hubo dos denuncias relevantes de falsificación de receta.
En un caso, se identificó la emisión irregular de un sello médico, en el que se usó los datos de una doctora de la ciudad, pero con un cambio en la primera letra de su apellido por “V” a “U”.
Pua lamenta sobre esta situación y afirma que no hay un control adecuado para la realización de sellos, y considera que es en las imprentas donde es necesario aplicar filtros para evitar falsificaciones.
El segundo caso de relevancia se debió a la pérdida de un sello que había sido extraviado por una doctora, con el cual se habían emitido recetas. Pua dice que si bien el personal con el que cuentan para el control en farmacias no es suficiente, la vigilancia es estricta y pueden identificar fácilmente cuando una receta es falsificada o no fue emitida por un médico, debido a incoherencias por la firma o la cantidad de fármacos solicitados.
PRODUCTOS NATURALES, EN DILEMA
De acuerdo con la normativa vigente, las farmacias pueden vender distintos tipos de productos siempre y cuando cuenten con registro sanitario, es decir que además de las medicinas, estos lugares pueden ofrecer, pañales, biberones, toallas húmedas, cosméticos y medicamentos naturales siempre y cuando cuenten con el registro sanitario que otorga el Ministerio de Salud.
Sin embargo, no todas las empresas que producen esos insumos cuentan con registro sanitario o en algunos casos, su registro legalmente corresponde a otro Ministerio por lo que las farmacias tampoco están autorizadas para su venta. En este último caso destacan por ejemplo las pastillas de propóleos, jugos de sábila y otros productos naturales que al ser clasificados como alimentos se registran ante el SENASAG.
Para las farmacéuticas ese es su principal problema en la actualidad, ya que consideran que esos productos deberían ser vendidos en las farmacias ya que si bien son comestibles, tienen acciones terapéuticas, además de que consideran que es mejor que se expendan en farmacias y no en las calles.
“Las empresas deberían solicitar (su tramitación) y el Ministerio debería haber controlado y tomar recaudos, al ver que estos productos se venden en farmacias debían haber actuado, ahora queremos devolver a empresas autorizadas, pero dónde queda que esos productos se vendan en las calles”, comenta Serrudo.
Sin embargo, las farmacias grandes tipo cadenas o corporaciones sí pueden acceder a venderlos porque tienen espacios distintos para la parte farmacéutica y para una considerada casi un supermercado, lo que para la representante de APROFAR Chuquisaca, afecta a las farmacias unipersonales.
La responsable del SEDES del área explica que una farmacia debe cumplir con espacios mínimos y la distribución de distintos ambientes, es así que aquellas que quieran vender otro tipo de productos sin registro sanitario deben tener ambientes distintos para ese fin.
“En un establecimiento farmacéutico no pueden estar productos sin registro sanitario como peluches que no tienen, algunos cosméticos y otros productos sí pueden estar siempre y cuando tengan registro sanitario porque también son parte de salud e higiene personal•, detalla Serrudo.
ARTÍCULOS PARA BEBÉ
Las farmacéuticas demandan también que se permita la venta de insumos para bebés, de empresas y precios más variados, por lo que piden al Ministerio de Salud que realice acciones para que los productores accedan a la tramitación de los registros sanitarios.
Actualmente las marcas que cuentan con registro ofrecen sus productos a precios muy altos, por lo que el producto no es alcanzable para personas de escasos recursos. La Secretaria General de las propietarias de farmacias recalca que el tener más empresas con registro sanitario logrará que las familias opten por comprar insumos para bebés en farmacias y no en la calle donde pueden tener un manejo inadecuado para la salud.
Asimismo, aclaró que respecto a las fórmulas y leches para bebés, las farmacias tienen permiso para venderlas, pero no para exhibirlas, en cumplimiento a las políticas de promoción de la lactancia materna que asumió el país.
En busca de que sus pedidos sean escuchados por autoridades nacionales, las farmacéuticas intentarán promover nuevas acciones y cambios en los registros de algunos productos, mientras tanto, el sector como el SEDES afirman que hay la predisposición de cumplir con las normas para cuidar la salud e integridad de la población.
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