domingo, 31 de enero de 2021

Bolivianos ya inmunizados en el exterior: La vacuna permite vivir sin miedo

 Bolivianos residentes en el extranjero que ya han recibido la vacuna contra la Covid-19 coinciden en que la inmunización les permite vivir sin miedo al contagio. Aconsejan las dosis que ellos decidieron aplicarse  para cuidar su salud y la de sus seres queridos. 

 “Al comienzo de la pandemia yo le tenía terror. Pensaba que prácticamente la muerte estaba rondando las calles. Esa sensación era muy fea”, cuenta Zulema Romero-Mendivil, boliviana que reside en Boston, EEUU.  El miércoles 26 de enero ella recibió  la vacuna contra el coronavirus.

  Explica que la motivación para aplicársela fue  regresar a la vida previa a la pandemia. “No tan normal, pero algo más o menos similar a lo que era. Poder viajar, juntarse con amigos, familia, sin temer”, dice. Fue la tercera de su familia en recibir la vacuna. Primero lo hicieron su hija y  su yerno.

También en Estados Unidos, en Virginia,  Fernando Rada recibió la vacuna Moderna. Este boliviano de 43 años fue voluntario para aplicársela ya  en las primeras fases de investigación.

En septiembre de 2020, Fernando veía con preocupación cómo se incrementaban los contagios en todo el mundo. Entonces, se enteró que se  solicitaba voluntarios.

“Para que la vacuna sea representativa y sea para todos, pedían que  la comunidad latina en EEUU responda al llamado”, cuenta Rada. Se inscribió vía web y lo llamaron después de unas semanas.

Zulema  muestra su carnet de vacunación tras haber recibido la primera dosis de Moderna.

Son dos dosis las que comprende la vacuna Moderna. Rada las recibió antes que la mayoría de la ciudadanía estadounidense. La primera, en octubre del año pasado  y la segunda en noviembre.

 “Como veía que los casos estaban subiendo, pensé que era preferible tener un 50% de chance de tener la vacuna para poder seguir trabajando, cuidando a mi mamá que tiene cáncer y seguir siendo el soporte de mi familia”, explica el compatriota que actualmente trabaja en un hotel en Virginia.

Confiesa que sintió un poco de miedo al enterarse que lo eligieron para recibir la vacuna, porque “ser voluntario es como ser un conejillo de Indias”. Sin embargo, se sintió más seguro al informarse y conversar con los médicos.

  Los efectos secundarios posibles  eran fiebre, dolor en el brazo y cansancio. Él sólo presentó los dos últimos  levemente  con la segunda dosis.


Su caso es parte de un estudio de la Meridian Clinical Research en Maryland, que dura un año y medio. Cada mes va al laboratorio, le sacan sangre y hacen la prueba de Covid. Una vez a la semana lo llaman para saber cómo está y  si ha estado expuesto  al virus. Llena una especie de diario donde debe anotar si experimenta algún síntoma. Si fuese así, el laboratorio  cubre   los gastos.


Fue después de  esos estudios que el Gobierno de Estados Unidos comenzó  a vacunar a la población por fases. Los primeros vacunados fueron los trabajadores  de primera línea, como los médicos, enfermeras y bomberos.  


Zulema Romero-Medivil estuvo en esa fase porque está al cuidado de su mamá. Su hija y yerno también,  porque trabajan en el área de salud.


“Yo les agradezco a las personas que han sido voluntarias porque por ellos ahora la vacuna está más garantizada”, expresa Zulema y recalca que aún teniendo la vacuna continúa  cuidándose, porque podría llevar la enfermedad a su casa o contagiar a quienes no están vacunados.

 ¿Cómo  se siente?

    La inyección Es intramuscular. Se coloca en el deltoides, que forma parte de la musculatura de la región del hombro, la sensación es un pinchazo, explica el Dr Marcelo Vida.

    Las dosis  La primera sensibiliza al cuerpo, con un primer reconocimiento del elemento y genera algunos anticuerpos, pero si no recibe la segunda dosis bajarían. Al recibir la segunda dosis el cuerpo  responde generando muchos más anticuerpos. En el caso de la vacuna Sputnik son muy importantes  las dos dosis, porque no son la misma vacuna , explica el epidemiólogo, Rodrigo Arce. Las 20.000 que llegaron a Bolivia son para 10.000 personas. 

Profesionales recomiendan: “Todos deben vacunarse”


“Es lo recomendable, todos deben vacunarse. El virus ha matado a más de dos millones de personas en el mundo. Los estudios han demostrado que la vacuna es segura y eficaz, no debemos tener miedo”, dice desde la capital mexicana la médica  boliviana Ariana Pereira García, de 30 años.


Recibió la vacuna Pfizer el 22 de enero, en México. Ella remarca que los efectos adversos son mínimos. En su caso, sólo fue dolor en el brazo y un poco en la cabeza, después de tres días.


Así, otros profesionales  también  la recomiendan. Es el caso de Rodrigo Flores, que vive en Ribeirão Preto, Brasil y trabaja en la fundación Oswaldo Cruz, en un proyecto para elaborar un producto a partir de la vacuna para la influenza. 


“Confío en el conocimiento científico. Tal vez como motivación seria  dar un ejemplo, para contrarrestar la inmensa cantidad de fakenews al respecto”, dice Flores. Recibirá pronto la vacuna de Oxford o la de la CoronaVac.


También en Brasil otro boliviano fue  vacunado. Marcelo Vidal, de 30 años, es  médico residente de oncología clínica de la Faculdad  de Medicina do ABC en São Paulo. “Cuando me preguntan si hay algo a qué temer, yo diría que hay que tenerle mucho miedo a la desinformación y a las noticias falsas, principalmente cuando se trata de temas de salud”, recomienda el doctor.

 


 Ni Pfizer ni Moderna usan el   virus en la vacuna


“Ninguna de las vacunas que están autorizadas (en EEUU) utiliza un virus del coronavirus inactivado o debilitado. Las que lo usan  debilitado son la Coronavac, china, y vacunas de otras partes del mundo. Pero no Pfizer ni Moderna. Tampoco las de vector:  Sputnik ni AstraZeneca”, explica el  epidemiólogo boliviano Rodrigo Arce.  


 Este médico cochabambino, que trabaja para la escuela de medicina de NYU, en Manhattan, ya ha recibido las dos dosis de la vacuna Pfizer  el 1  y el 22 enero, respectivamente.


 Cuenta que experimentó un poco de dolor de cabeza con la primera dosis y tuvo  fiebre leve con la segunda. “Yo les llamo efectos esperados porque es el cuerpo reaccionando al antígeno. Es lo que se espera para generar   inmunidad. Mientras más joven e inmunocompetente es la persona, más probable que tenga fiebre, dolor de cabeza, pero no es terrible”, señala. 

Él, que recibió la vacuna en la fase 4 post-marqueteo, explica que para ese momento se había demostrado que las cuatro vacunas aprobadas tienen una efectividad arriba del 90%.  Como especialista, recalca que todas las vacunas son  seguras.

“No sólo los aliento, sino que les sugiero que se vacunen lo más pronto posible. No solamente les va a proteger a ustedes, también va tener un efecto en las otras personas”, remarca. 

Más al sur, en Argentina, la médica boliviana Vivian Herrera recibió la vacuna Sputnik V. En ese país también se dio prioridad al personal de salud y  esencial.

  “En mi hospital, al principio a los médicos nos daba miedo recibir la vacuna.  Luego uno comenzó y otros se animaron”, cuenta. Temerosa de los efectos adversos, recibió la dosis habiendo tomado paracetamol de 500 miligramos. Solo tuvo dolor local en el brazo. 

     No es obligatorio recibir la vacuna, pero Herrera decidió aplicársela para proteger a su familia. “Para frenar entre todos el virus, uno tiene que dar la iniciativa”, declara la médico y recalca que las medidas de bioseguridad siguen siendo   importantes.


 

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