domingo, 8 de enero de 2017

300 niños esperan cirugía y no hay nuevo hospital

Trescientos niños figuran en la lista de espera para cirugía en el hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel. Los nuevos quirófanos debían ser instalados en la ampliación del complejo, pero esta construcción está paralizada desde 2010 por daños estructurales y trabas legales. Los 300 niños deberán seguir esperando.

A falta de infraestructura, el viejo hospital realiza entre cuatro y ocho cirugías altamente complejas por día en su única sala de operaciones, explica el director del hospital, Riel Ferrufino, quien proporciona las cifras de niños en espera.

A la fecha, ni la Gobernación ni la Alcaldía realizan acciones para solucionar el problema.

La primera fase (obra gruesa) de lo que iba a ser el nuevo hospital demandó 6 millones de bolivianos y se ejecutó en la gestión del alcalde Gonzalo Terceros. La segunda, de obra fina, debía ejecutarse en la gestión de Edwin Castellanos, pero no se lo hizo por observaciones técnicas.

El proyecto de ampliación incluía tres quirófanos adicionales, Unidad de Terapia Intensiva y área administrativa con miras a superar las necesidades. “En el campo que más nos iba a apoyar esta construcción es en el área quirúrgica. Ahí son tres quirófanos que nos hubieran sacado de los grandes problemas en los que estamos inmersos en la actualidad”, señaló el galeno.

Los niños que aguardan una operación en este hospital tienen, en su mayoría, más de un año. Las patologías más frecuentes son hernias inguinales, fimosis o estrechez de la apertura del prepucio, criptorquidia o testículo no descendido y malformaciones congénitas.

Limitaciones

La falta de infraestructura en el viejo hospital del Niño es alarmante. La entidad se “presta” ambientes del maternológico Germán Urquidi para atender a cerca de 400 pacientes por día, en todas sus especialidades y con operaciones de alta complejidad. “En esta situación de hacinamiento también estamos perjudicando al materno… están atendiendo pacientes hasta en el suelo”, explica el galeno.

Por ello, se “adaptaron” pasillos, halls, áreas de espera y espacios bajo las gradas, tal el caso de un depósito que ahora funciona como consultorio de oftalmología, un espacio donde cambiaban pañales en dermatología, una sala de espera como un quirófano ambulatorio.

Las salas de psicología y psicopedagogía funcionan bajo las gradas. “No había más espacio”, lamentó el galeno. En tanto, la ampliación del hospital está paralizada por daños estructurales desde hace seis años sin responsables de la mala ejecución ni decisiones para su demolición o reacondicionamiento.

A ello se suma que el hospital tiene sólo 96 camas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que si se llega a 65 por ciento de cobertura hay “saturación”. El hospital del Niño supera el 89 por ciento. Luego, está “sobresaturado”.

Pese a que el personal médico sueña con infraestructura propia, el hospital no cuenta con recursos. Ferrufino informa que, de acuerdo a cotizaciones, sólo el proyecto a diseño final costaría entre 110 mil y 140 mil dólares, y la construcción “llave en mano” para 250 camas más equipamiento, 60 millones de dólares. “La Gobernación y todos nos han dicho que no hay plata”, lamenta.



Piden audiencia a Leyes

Ante esta crítica realidad y su “desesperación”, hace dos semanas Ferrufino pidió audiencia al alcalde José María Leyes para solicitar que “les permitan adecuar así sean sólo los quirófanos en esta construcción (la nueva, inconclusa)”. Debido a que no tuvieron una respuesta, reiterarán el pedido en los próximos días.

“No hay nadie que se preocupe”, lamentó tras alertar que la estructura inconclusa y abandonada es un foco de infección porque alberga basura.

A pesar de sus limitaciones, el Hospital del Niño cuenta con 31 especialidades pediátricas, sólo les falta cuatro, neumología, urología pediátrica, hebiatría y hematología. Además, cuenta con la primera Unidad Pediátrica de Hemodiálisis, que también fue habilitada en una parte del pasillo. “Considero que es uno de los pocos hospitales del país que tiene casi todas las especialidades”, señala Ferrufino.

Entre tanto, un estudio sobre el índice de rechazo de pacientes realizado por estudiantes de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) entre 2013 y 2014 develó que de 75 mil niños que acudían al año, 20 mil eran rechazados por varias razones, como la falta de camas y especializaciones. Para el galeno, las autoridades vulneran el derecho a la salud y al mejor trato de los pacientes al no dar solución a la problemática.

ACCIONES ANTE LA OBRA INCONCLUSA
Sedes no puede mover “un ladrillo”

La directora del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Lidia Astroña, informó que, mientras el proceso legal interpuesto por la Alcaldía contra los presuntos responsables de su mala construcción no sea concluido, la entidad que dirige “ni siquiera puede mover un ladrillo” de la estructura paralizada hace seis años. El caso está en manos del Ministerio Público.

Consultada sobre la posibilidad de su demolición, respondió que eso debe correr por cuenta de la Alcaldía bajo las órdenes del Ministerio Público. De acuerdo a un informe del Sedes, la obra no puede ser readecuada debido a que “el diseño médico arquitectónico es insuficiente y disfuncional”.


Alcaldía pide esperar informe pericial

En el marco del proceso iniciado por la Alcaldía hace más de un año contra el exalcalde Gonzalo Terceros y otros funcionarios por las obras inconclusas, el segundo perito asignado al caso, Jorge Mercad, realizará una inspección a la obra en las siguientes semanas, según autoridades municipales.

En pasadas declaraciones, el asesor de la Alcaldía, Sergio Coca, informó que el nuevo perito juró en el cargo el pasado 23 de noviembre con la tarea de elaborar y entregar el estudio pericial de ingeniería forense en un plazo de 20 días hábiles computables a partir de su juramento. Estos se cumplían cerca del 22 de diciembre de 2016. Entonces Coca denunció que las investigaciones avanzan lentamente.


Obra cada vez más deteriorada

La última inspección al lugar realizada el 30 de diciembre de 2016 por el concejal del MAS, Sergio Rodríguez, constató que las juntas de dilatación entre el bloque A (médico) y B (administrativo), las cuales deberían ser de cinco centímetros, ahora presentan separaciones de hasta ocho y 10 centímetros. “Con el pasar del tiempo, la estructura está sufriendo un mayor colapso y daño”, observó Rodríguez, entonces.

A ello se suma que el acceso peatonal al helipuerto está desfasado y las deformaciones en las losas y vigas ocasionaron un asentamiento de 12 centímetros. Abogó por demoler la estructura ante el riesgo de un colapso.

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