martes, 12 de enero de 2016

Una niña de 10 meses recibe parte del hígado de su padre

Siomara Vargas Cruz es una niña que a sus 10 meses de edad ha sido trasplantada del hígado, el donante es Cristian Vargas (28), padre de la menor que sin pensarlo dos veces comenzó una serie de tratamientos para preparar su órgano y que esté en las mejores condiciones para la cirugía de ayer. Los padres llevaban meses peregrinando esta operación y se habían trasladado de su natal Yacuiba, lugar donde nació la niña, hasta la capital cruceña.

Un equipo médico conformado por profesionales norteamericanos y locales, realizaron ayer el trasplante en la clínica Incor.

La niña nació con el hígado enfermo. Tatiana Cruz Alvarado (31), madre y esposa de las 2 personas que fueron operadas ayer, relató con lagrimas en los ojos lo que ha significado para ellos, como padres, ver el sufrimiento de su pequeña hija. "Mi hija nació en Yacuiba y a los pocos días se tiñó de amarillo, pero no despintaba, fue ahí cuando los médicos realizaron exámenes y me dijeron que mi hija estaba enferma", relata Tatiana, que ayer pasó todo el día con los nervios tensos, pues era toda su familia la que estaba a la expectativa de la cirugía que tenía una duración prevista de 10 horas. "Sé que no es 100% compatible, eso lo explicaron los médicos, pero tenemos fe en que todo saldrá bien", agregó la madre.

Los detalles de la operación. La cirugía comenzó pasada las 11:00 de ayer en la clínica Incor, que en este tipo de operaciones colabora de manera gratuita con los pacientes. Luis Aroldo Parada fue el encargado de retirar parte del órgano al padre. "Tardamos unas 4 horas y media, el hígado tiene 8 segmentos, se sacan dos del lado izquierdo.

Se debe conocer muy bien la anatomía para poder identificar dos venas y la vía biliar y luego parte el hígado con el control de sangrado para evitar el riesgo de vida al donante", explicó el profesional, que ayer ofreció una conferencia de prensa junto a sus colegas de la clínica Incor.

Hebert Escóbar, gastroenterólogo, explicó que la niña tenía un problema congénito. "Ha nacido con atresia de vías biliares, esto significa que sus conductos de vías biliares son de mala calidad, son tortuosos, estrechados, son conductos biliares dentro del hígado no funcionan y eso lleva a una cirrosis", explicó el profesional. "Hemos extraído el hígado malo y está totalmente cirrótico, entonces la vida era incompatible con esta niña, y la única posibilidad de prologarle la vida, era con un trasplante de hígado". Escóbar señaló que la enfermedad era no curable y que estaba en su etapa final, que cumplía los criterios científicos para que la niña sea sometida a un trasplante de hígado.

Los médicos son optimistas sobre los resultados. El doctor Freddy Gutiérrez, que participó en las operaciones junto a sus colegas, dijo estar optimista por el trabajo realizado. "Llegamos motivados por la gente que sufre tanto y quieren salvar a sus hijos. Nosotros hacemos trasplantes de riñón hace muchos años, ya son casi 500 los que hemos hecho", dijo el galeno que agradeció al equipo de cirujanos norteamericanos que llegaron hasta Santa Cruz para colaborar en las cirugías realizadas ayer.

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