El término “horario de visitas” está obsoleto, dado el número cada vez mayor de evidencias relacionadas con unos amplios beneficios de que las familias tengan un acceso abierto a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI).
Numerosos estudios muestran que unas políticas de visitas más liberales conducen a una mejora en la satisfacción de la familia, los pacientes y los enfermeros, sin representar un riesgo de seguridad. De hecho, sugieren que a los pacientes les va mejor, médicamente hablando, cuando sus familias tienen la libertad de acompañarlos durante una estadía en la UTI.
Muchos hospitales continúan restringiendo quién puede visitar a los pacientes gravemente enfermos y en qué momentos. Pero se ha evidenciado que eliminando esas restricciones puede mejorar la satisfacción de las familias y el bienestar de los pacientes.
En un estudio actualizado participaron 103 familiares que visitaron a pacientes en la UTI y 128 enfermeros de la UTI. Alrededor de la mitad fueron entrevistados antes de la implementación de una política de visitas no restringidas a los pacientes.
Según esa nueva política, se permiten visitantes a cualquier hora, si los pacientes están de acuerdo y se encuentran suficientemente bien y conscientes de la realidad de su enfermedad. Antes, las visitas se restringían a 30 minutos cada mañana y cada tarde.
La flamante política aumentó de forma exponencial la satisfacción con las horas de visita de la UTI y la atmósfera de la sala de espera.
Los enfermeros también percibieron una mayor satisfacción de los visitantes con la política actualizada de visitas.
Es recomendable para nuestro medio aplicar unas nuevas políticas de visita respecto de las actuales que, por cierto, son muy restringidas. Deberían ser mucho más abiertas, al margen de que se tendría que contar con nuevas regulaciones en las Unidades de Terapia Intensiva.
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