domingo, 25 de octubre de 2015

M.Palermo/ K.VillarrealÇ: “Las enfermeras y los médicos no le creen al paciente”



Durante dos días inquietaron a varias enfermeras. María Marta Palermo y Karen Inés Villarreal hablaron sobre el cuidado de los pacientes con cáncer, dolor y dificultad respiratoria; cómo debe ejercer una enfermera el autoliderazgo; impartieron talleres como diálisis peritoneal y cuidado de catéteres.

Lo hicieron en la Fundación Incor, gracias a un convenio con la Fundación Austral, que tiene el prestigio del Hospital Austral de Buenos Aires.

_En Bolivia se tiene la imagen de la enfermera-sargento, de la enfermera brusca e impaciente ¿Cuál es el perfil personal y de carácter que debe tener una profesional de la enfermería en el siglo XXI?
Uno de los desafíos es cambiar la imagen social de la enfermera. Para eso está el autoliderazgo. El objeto de nuestro cuidado y trabajo es el paciente, y para cuidar hay que tener claro que cuidamos una persona, una vida. En el taller repetimos varias veces que una enfermera tiene que ser científicamente conocedora, técnicamente competente -tener destrezas- y tener estas actitudes: escuchar al paciente, dedicar tiempo al paciente y creerle al paciente. Hay que considerar a la persona con toda su dignidad. Es lo que llamamos también cuidado humanizado. A veces uno dice que siempre lo brinda, pero en la práctica no lo ve.

_¿Y en cuanto al dolor?
La persona que realmente sabe cuánto dolor tiene es el paciente. A escala mundial, el dolor está subtratado. Está subtratado pero no porque no haya medicamentos, sino porque los enfermeros y los médicos no le creen al paciente. El paciente dice “me duele” y la enfermera contesta “Ay, ¡cómo le va a doler, si es una pavada lo que tiene! El de la cama de al lado tiene una cirugía más grande y no le duele. Se aguanta”. Es uno de los problemas que tenemos: no sentarnos, prestarle atención, escucharlo, verlo en todas sus dimensiones. El paciente no es solo la parte física, sino mental, emocional, espiritual. Y está su familia.
O quizá se siente solo.

Muchas mujeres son el sostén de su familia y trabajan por hora. Si está internada una semana, en ese tiempo no entra ni un peso a su casa; sus hijos están sin comer y tiene esas preocupaciones. No importa que su cirugía haya sido chiquita. Todo eso le afecta. La enfermera tiene que tener roles como el de cuidador, que es el principal, pero también el de educador del paciente, abogado del paciente, defensor del paciente. Debe cumplir todos esos roles. Es la voz del paciente frente al equipo de salud.

Hay una definición de cuidado de Leonardo Boff: “Logro cuidar cuando me intereso por el otro. El cuidado solamente surge cuando la existencia de alguien tiene importancia para mí. Entonces paso a dedicarme a él. Me dispongo a participar de su destino, de sus objetivos, de sus sufrimientos y de sus logros. En fin, de su vida”.

_¿Qué errores se suelen cometer con los pacientes terminales, cerca del momento definitivo, frente a la muerte?
Con algunos diagnósticos uno ya sabe que el paciente está en su etapa terminal y se lo sigue invadiendo. Es lo que se llama el encarnizamiento terapéutico. Juan Pablo II habló de eso, de la diferencia entre estar en contra de la eutanasia y seguir invadiendo al paciente que está pasando por su proceso natural de muerte. Eso es un error. Los médicos y enfermeras se obsesionan con que siga viviendo. Se pone a los pacientes en terapia intensiva, con catéteres y medicamentos, y a lo mejor necesita un ambiente más tranquilo, que puede ser su hogar, acompañado por sus seres queridos. Atender a un paciente en su etapa final es complejo. Muchas veces uno se ve reflejado en él. Muchas veces las enfermeras deben buscar el equilibrio entre no involucrarse o involucrarse tanto que salga del hospital llorando todos los días.

_¿Hay alguna estrategia sicológica para que las enfermeras se alivien de tanto contacto con la muerte, con el dolor y la enfermedad?
En la Universidad Austral, dentro de la licenciatura de enfermería, hay una materia llamada Cuidado de cuidadores. Intentamos aplicarla a veces dentro del hospital, cuando hay un paciente complejo o una internación larga, porque estas cosas a veces movilizan demasiado. En Pediatría tenemos muy incorporado esto. El Hospital Austral tiene la única terapia abierta donde permitimos que la familia participe de los cuidados. En algunos casos hemos acompañado a la familia durante la muerte. Es difícil, pero es parte de nuestro trabajo. Así como lo cuidamos para que pueda salir adelante, muchas veces debemos tener la convicción personal de que la muerte es parte de un momento de la vida que debe ser vivido dignamente. Esa familia se merece estar todo el tiempo con ese niño que se va.

KARINA INÉS VILLARREAL

KARINA INÉS VILLARREAL

ES COORDINADORA DE DIÁLISIS Y TRASPLANTE RENAL PARA NIÑOS DEL HOSPITAL AUSTRAL

Vio una recuperación asombrosa
Una niña fue llevada hasta el hospital con una infección generalizada y falla en varios órganos. La terapia abierta, que permite a la familia cuidar del paciente, ayudó en la recuperación. Abordar el tema de la muerte en los niños con la familia es una de las tareas más complicadas en el hospital.


_¿Qué fases atraviesan la familias en esos momentos?
Primero hay una negación. Luego ira. Uno se pregunta por qué a mí, por qué a mi hijo. Hay enojo. Se trata de explicar a la familia. En el hospital tenemos la conducta de ser claros y, por más dura que sea la verdad, siempre la transmitimos a la familia. Hay cosas que pueden ser graves, entre ellas la muerte. Siempre se plantea todo, aunque no sabemos si va a pasar claramente. Los chicos dan vuelcos que nos sorprenden a nosotros mismos. Una niña fue llevada desde este país al hospital, porque después de una operación tuvo una sepsis o infección generalizada. Estuvo un año internada, pero se recuperó.
MARÍA MARTHA PALERMO

MARÍA MARTHA PALERMO

COORDINADORA DE ENFERMERÍA EN EL HOSPITAL AUSTRAL. ES DOCENTE DE LA MATERIA BASES.

Especialidad en oncología
Tiene una especialidad en enfermería oncológica. Dice que en Argentina la formación en enfermería es muy heterogénea. Hace 15 años se está profesionalizando al personal empírico.

AUTOLIDERAZGO
En los talleres que imparte con Karina Villarreal habla del autoliderazgo, que es la visión que debe tener la enfermera para cambiar procedimientos que considera imperfectos.


_¿Qué enfermedades teme más el paciente?
El cáncer. Es la más extendida y temida. El paciente con cáncer recibe un pronóstico desalentador para él. Siente que su vida corre riesgo. Sabe que los tratamientos son muy cruentos: quimioterapia, radioterapia, cirugías para el cáncer. Son tratamientos largos. El paciente pierde el pelo, tiene vómitos. Sabe que dura mucho tiempo. Por eso, sobre todo, la enfermera tiene que trabajar en la prevención de enfermedades y en la promoción de la salud.

En Argentina no tenemos acceso a altísima tecnología, así que cuando alguien está gravemente enfermo, es más difícil tratarlo. Hay que insistir en la educación del paciente sano. Hay que hacerse controles periódicos, mamografías, autoexamen de mama para mujeres, próstata, colonoscopía. La enfermería tiene un rol fundamental en eso. Es más barato tratarse a tiempo y no después con enfermedades instaladas

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