martes, 13 de octubre de 2015

Enfermos de la CNS están expuestos a contaminación

Los trabajos de ampliación del Hospital Obrero No. 5 avanzan y la instalación de equipos de última generación permiten confirmar una sospecha de siempre: los internos en ese centro están sometidos a altos niveles de contaminación.
La evidencia fue encontrada tras la instalación de la central de vacío, un equipo de última tecnología que sirve para purificar el aire que luego será distribuido por un sistema de ductos que se ha instalado a lo largo de la mayoría de los niveles de internación del hospital.
La central de vacío tiene un sistema de alarmas que le permite detectar los niveles de contaminación. El ingeniero Arturo Subieta, residente de obra de la sociedad accidental Ecoter Econsalt –que es la que se adjudicó la ampliación del hospital–, contó que el equipo fue puesto a prueba durante una noche y fue suficiente para que saltaran las alarmas. “El máximo nivel aceptable de contaminación es de cinco pero el sistema de alarmas detectó nueve”, explicó.
La explicación a lo sucedido es sencilla: la circulación de vehículos que expulsan gases tóxicos por las avenidas El Maestro y Universitaria, que circundan al Hospital Obrero, contamina el aire a tal extremo que sus niveles de toxicidad permanecen aún en la noche. El equipo fue sometido a prueba por la noche, cuando la circulación vehicular se reduce al mínimo, pero, aun así, marcó 9 de toxicidad, un nivel demasiado alto y peor para los enfermos. “En vez de oxigenar, estaríamos contaminando al paciente”, comenta Subieta.
Según los datos del jefe médico, José Ochoa, el Hospital Obrero tiene una capacidad de internación de 175 camas que, en promedio, están ocupadas permanentemente en un 90 por ciento. Con la ampliación, su capacidad subirá a 200 camas que representan un potencial de 200 pacientes que estarán expuestos a la contaminación que generan los vehículos, fundamentalmente del transporte público.
La oficina de Medio Ambiente de la Alcaldía no niega la contaminación y, por el contrario, su responsable, Edwin Cruz, dijo que las zona del hotel IV Centenario y la avenida Universitaria, ambas aledañas al Hospital Obrero, son dos de los tres puntos críticos para el control de la emisión de gases tóxicos.
Hasta diciembre del año pasado, esa repartición municipal monitoreó 7.721 vehículos de los que 2.116 reprobaron el test de niveles de contaminación permisible. Por lo menos el 70 por ciento de esos vehículos pasa por la zona del Hospital Obrero.
Ochoa dice que, desde el punto de vista médico, el dato es preocupante ya que, por norma, el ambiente que rodea a cualquier paciente debería estar esterilizado pero nada de lo que se haga como infraestructura o equipamiento servirá si la contaminación ambiental del exterior continúa. Debido a ello, basándose en los resultados de las pruebas con la central de vacío, se solicitará un informe con el fin de analizar la conveniencia de pedir que la Alcaldía suspenda la circulación vehicular alrededor del Hospital Obrero.

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