lunes, 18 de mayo de 2015

Tarija Aislado, el sector más olvidado del Hospital San Juan de Dios



“Aislado”, ese es el nombre del lugar donde envían a los pacientes con enfermedades terminales o con infecciones “serias” en el Hospital Regional San Juan de Dios (HRSJD) de Tarija. Tal como lo dice el nombre, las personas que llegan hasta ese lugar parecieran ser lo último del nosocomio, en lo que refiere a infraestructura.

Este lugar consta de cinco habitaciones de unos cuatro metros de ancho por cinco de largo, en cada una existen dos camas, algunas con colchón y otras sólo catres con sillas encima, pues se asemeja más a un depósito que a un cuarto de internación.
Los letreros que tienen la numeración de cada pieza ya no son visibles, un color amarillento los opaca, uno de ellos está desprendido, y cuelga sobre la puerta.
Las maderas de estas habitaciones no ocultan la antigüedad que tiene la infraestructura, las calaminas herrumbradas que sirven de techo también lo delatan. Asimismo, la base de las barandas está podrida, lo que hace que se desestabilice y esté a punto de caerse al suelo. El techo del pasillo presenta un agujero.
Como si fuese poco, el lavamanos del baño no sirve y el grifo tampoco. El agua se derrama las 24 horas del día. Una manguera de color marrón de unos 30 centímetros conduce el líquido a un balde, mientras ése se llena, hay dos que esperan su turno.
En una esquina de ese sitio están los bacines. Las enfermeras que trabajan en el lugar buscan la manera de mantenerlo limpio, al igual que a las demás habitaciones.
En la actualidad sólo dos enfermos se encuentran en este lugar, uno de ellos es un paciente multidrogoresistente (MDR) con tuberculosis. Esta enfermedad consumió su pulmón; por lo que los médicos le hicieron una ventanilla al costado derecho, a la altura de su costilla; por ahí drenan fluidos de su pulmón. Por esa razón, él solo puede acostarse de costado izquierdo.
Al frente de este sector, está la sala de Coloproctología, los pacientes que llegan hasta ese lugar son más “afortunados”. Las habitaciones son de adobe, el revoque del yeso es notable, pero en algunas partes se cayó, por lo que se nota la tierra.
Pocas son las cosas nuevas que se pueden observar ahí, pero todavía sirven para que los médicos y enfermeras puedan realizar su trabajo. Un televisor en blanco y negro que a ratos se pierde la señal los entretiene en sus horas libres, o al menos suena para que la soledad no se apodere del lugar.
El País eN intentó ingresar donde se encuentran los pacientes, pero un galeno que realizaba visita médica impidió el ingreso. Señaló que había que pedir permiso al responsable del área.
Este medio se dirigió a la dirección del HRSJD y la secretaria del nosocomio pidió hablar con un médico que en su bata llevaba el apellido Cava. Él junto a la epidemióloga Vivian Torres, señalaron que era imposible, porque ese lugar está en etapa de construcción.
Pero antes, mencionaron que podía existir una mala interpretación de la información, y por el periodo de transición de autoridades no era conveniente. Pidieron que más bien se haga un recorrido por los centros de salud de los barrios.
En el afán de buscar testimonios sobre la realidad que viven los pacientes ahí, El País eN volvió al lugar. La responsable de limpieza relató que ahí llegan las personas que tienen problemas del estómago.
De rato en rato, pacientes de la tercera edad se dirigían hacia el baño con un lento caminar. Al pasar por el sitio de recepción aprovechaban para observar lo que sucedía afuera, aunque se sabe que son pocos los que transitan por ahí.
La encargada de la limpieza comentó que a veces los familiares no dejan pañales, por lo que ella tiene que traer sábanas viejas del hospital para hacer que sirvan como tales.
Esa sala tiene más de 20 camas en dos bloques separados, uno para hombres y otros para mujeres. En algunas ocasiones llegan a tener 15 internos, pero en la actualidad había nueve.
Las ventanas de esa habitación tenían malla milimétrica, pero ésta se halla rota, y solo cubre aproximadamente un 10 por ciento de los marcos.
La esperanza de quienes trabajan ahí está en el proyecto de Ampliación, Refacción y Remodelación del HRSJD, pero lo que corresponde a ese bloque aún no comenzó, por lo que todavía tendrán desarrollar su trabajo en ese lugar olvidado, con rasgos medievales, donde son enviados seres humanos en estado crítico.



Pacientes en habitaciones deterioradas

El Aislado consta de cinco habitaciones de unos cuatro metros de ancho por cinco de largo, en cada una existen dos camas, algunas con colchón y otras sólo catres con sillas encima, pues se asemeja más a un depósito que a un cuarto de internación.

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