sábado, 16 de mayo de 2015

Democratización de la salud por medio de la tecnología

Los avances de las ciencias médicas han contribuido a mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Una rápida mirada a la evolución de la longevidad de las personas lo corrobora: en 1900, la esperanza de vida en el planeta era de apenas 31 años e incluso, entre los habitantes de los países más desarrollados no se prolongaba más allá de los 50 años; a mediados del siglo XX ya se había elevado, en promedio, a 48 años, mientras que en 2005 llegó a los 65.6 años, y a los 80 en algunas naciones como Japón. Se estima que en 2030 la esperanza de vida de las mujeres en países como Estados Unidos llegará a 85 años.

Para mantener estas cifras, es menester mejorar el acceso de las sociedades a los servicios de salud y es aquí donde las tecnologías de la información se erigen en opción que podría coadyuvar al fortalecimiento del bienestar y la calidad de vida de los seres humanos.



De la telemedicina a

la cibersalud

La cibersalud tiene sus orígenes en la telemedicina, esto es, la práctica de la atención médica a base del empleo de comunicaciones de audio, video y datos, para efectos de diagnóstico, consulta, tratamiento, educación, y transferencia de información médica, entre otros servicios. Aquí las interacciones se producen de médico a médico, o bien, de médico a paciente.

La práctica de la telemedicina se inscribe en la telesalud, concepto que abarca todos los usos de las telecomunicaciones, con ayuda de la computación, y que va más allá de los aspectos clínicos de la atención a la salud. El concepto de telesalud fue promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1997 e involucra a médicos, administradores, pacientes y familiares y a la población en general.

Como programa, la telesalud generalmente incluye el telediagnóstico, la teleadministración, la teleeducación, y la teleenseñanza.

Una de las grandes ventajas que suponen la telemedicina y la telesalud es su contribución a superar las distancia, propiciando así la igualdad de acceso a los servicios que no se encuentran disponibles en comunidades remotas, rurales, e incluso urbanas, o bien donde la cobertura física, por diversas razones, no es factible.

En este sentido, a través de la telemedicina y de la telesalud se busca transmitir datos, voz, imágenes e información en lugar de desplazar físicamente a los pacientes, personal de salud y educadores, lo que mejoraría, en principio, el acceso, la puntualidad y la conveniencia, disminuyendo, asimismo, los costos de viaje.

Se considera que a través de la telemedicina y la telesalud, los usuarios de los servicios de salud podrían transformarse en participantes activos al monitorear con mayor facilidad su propio bienestar, amén de que estarían en condiciones de acceder a programas educativos destinados a fomentar sus conocimientos sobre diversos aspectos sanitarios relevantes en sus vidas cotidianas desde la comodidad, conveniencia y seguridad de sus propios hogares o muy cerca de éstos.

Otro aspecto a ponderar es el uso de la telecomunicación entre los profesionales de la salud cuando proveen atención médica, o incluso para efectos de capacitación u otros.

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