viernes, 20 de marzo de 2015

Cochabamba Neonatos están hacinados

Los sonidos agudos que a ratos se hacen intermitentes invaden la sala de Neonatología: tiiid, tiid. Es una emergencia. Uno de los 14 recién nacidos no respira y el personal de salud “corretea” en busca de un tanque de oxígeno y otros insumos.

Afuera, su madre llora temiendo lo peor. Entre sollozos cuenta a su esposo que cuando se acercó a su primogénito sintió que su pecho no se movía y pidió ayuda.

Desde la antesala se escucha las llamadas de atención y excusas, pues el tubo para la oxigenación del prematuro de cinco meses se obstruyó.

Pasan unos segundos. Llega el tubo de oxígeno, se estabiliza al bebé y el intenso trabajo continúa en la sala.

Ese caso es solo uno de las emergencias que a diario se presentan en Neonatología, donde la lucha es segundo a segundo y no se cuentan con las condiciones adecuadas para la atención de los pacientes, bebés, de alto riesgo. “Sabemos lo que se debe hacer, pero a veces no podemos cumplir con todo”, es la queja del personal médico.

REBASADA La capacidad de la Unidad de Neonatología del hospital maternológico Germán Urquidi ha sido rebasada y se atienden diariamente a por lo menos 40 pacientes prematuros.

Como una solución a corto plazo habilitaron dos salas que simulan ser áreas de terapia intermedia, es decir, para los niños que superaron el riesgo de morir. Además, adecuaron un área en la sala de partos.

Sin embargo, la situación se agrava porque desde el martes pasado fue cerrada una sala de terapia intermedia por la falta de enfermeras. Allí, se atendían al menos a 10 niños que fueron reubicados en los demás ambientes.

El hospital de tercer nivel fue reinaugurado el año 2004. En la oportunidad se estrenó la sala de cuidados intensivos (Neonatología) con una capacidad para 10 bebés que a la fecha ha sido rebasada en un 50 por ciento .

HASTA EL CUELLO “Estamos con el agua hasta el cuello” reconoció ayer el director del maternológico Germán Urquidi, Rubén Arandia, refiriéndose a la falta de espacio, equipamiento, insumos y recursos humanos.

La Unidad de Neonatología alberga a 15 bebés, cinco más de su capacidad. Muchos de los pacientes nacieron hasta con cinco meses y medio de gestación y pesan menos de un kilo. Por lo tanto, su control debe ser permanente durante las 24 horas del día.

HACINADAS Las incubadoras se encuentran lado a lado y el personal de salud reclama porque la norma establece un área de tres metros por cada paciente.

La cantidad de equipo es insuficiente. En la Unidad hay solo cinco incubadoras y cinco servocunas (equipos similares a las cunas que irradian calor).

En muchos casos los bebés deben compartir una servocuna porque no hay más, lo cual es incorrecto aseguran los especialistas. Es el caso de los cuatrillizos nacidos el pasado 12 de marzo, que compartieron una servocuna durante los primeros días de vida y ahora están de a dos.

Neonatología solo cuenta con un médico, una licenciada en enfermería y una auxiliar, el trabajo sería imposible sin la presencia del residente y un interno, dijeron.

Ni qué decir del equipamiento que en muchos casos no funciona bien. En sala de terapia intermedia se arruinó la servocuna y una profesional “negociaba” un espacio en Neonatología para la internación de su paciente.

La emergencia ha pasado, el personal reanuda sus actividades habituales, unos a sus escritorios a redactar los informes y otros revisan los signos vitales de los pequeños.

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