martes, 17 de febrero de 2015

Moderna técnica en cirugía de cadera

El avance de la tecnología ha permitido que los enfermos de las articulaciones o la artrosis en la actualidad puedan curar sus dolencias con modernas técnicas que pueden ser practicadas para resolver desfases en la cadera.

Aunque es un procedimiento asociado a las personas mayores, en los últimos diez años se han realizado importantes avances en las técnicas relacionadas con la cirugía de cadera permitiendo detectar, con antelación, diversas patologías y ofreciendo una mejora en la calidad de vida de los pacientes, incluso en su juventud.

Jorge Ortega Traverso, titular de Cadera, Hip Center de la Argentina, informó que “la innovación permanente en este campo permitió, desde principio del siglo, modificar el paradigma y abandonar la idea de que sólo los ancianos con artrosis podían someterse a este tipo de intervenciones. En la actualidad, ya no es extraño que se practiquen operaciones en esta articulación a personas jóvenes, incluso deportistas profesionales”.

En el pasado, cuando se detectaban patologías relacionadas con esta articulación en personas jóvenes, dada la falta de experiencia para diagnosticar correctamente, se le atribuían a una artrosis prematura. En la actualidad, se han realizado grandes avances en relación al diagnóstico de dichas alteraciones y se han desarrollado técnicas menos, invasivas, para abordarla, aplicables con procedimientos modernos, profesionales altamente capacitados y aparatología de última generación.

La artroscopia de cadera consiste en operar la alteración con la ayuda de un artroscopio, un aparato con un sistema óptico que ilumina y amplifica el interior de la articulación permitiendo ver la imagen en un monitor de televisión. El mismo se inserta en la cadera en una incisión de apenas un centímetro. En paralelo, se insertará el material quirúrgico necesario para la cirugía. “Esta es una operación que requiere de una precisión máxima, presenta un bajo período de recuperación y evita, a futuro, que el paciente pase por una operación de reemplazo”, agrega Ortega Traverso.

Aunque es un acto quirúrgico y requiere las mismas condiciones de asepsia (limpieza y esterilidad para evitar infecciones) que cualquier otra operación, el reposo en el hospital es muy corto, pudiendo el paciente retornar a su domicilio al día siguiente. Es una cirugía programada, es decir, que no se practica de urgencia, sino buscando un día concreto.

Uno de los diagnósticos por lo que se recomienda una artroscopia de cadera es el choque femoroacetabular. Esta patología se detecta, según estudios recientes, en uno de cada tres jóvenes, aunque no todos requieren de cirugía, y puede presentarse de dos formas diferentes: como una sobre cobertura de la cavidad acetabular (Pincer), o como un bulto en la cabeza y el cuello del fémur (Cam). El pinzamiento se produce cuando, ante una condición de mucha fricción, la cabeza del fémur y la cavidad de la cadera donde se acopla, el acetábulo, rozan anormalmente ocasionando daños a la articulación. El deterioro, según explica Ortega Traverso, puede producirse en el cartílago articular (una superficie lisa de color blanco que recubre la cabeza y el acetábulo) y/o en el labrum (“menisco” de la cadera) generando el dolor característico en la zona de la ingle al realizar, por ejemplo, movimientos luego de un período de estar sentado.

Por otra parte, también cuando se detectan lesiones puras del Labrum producidas, por lo general, a partir de la realización de actividades físicas que generan una gran rotación a nivel de las caderas, el diagnóstico deriva en la cirugía de reparación de la articulación. Este tipo de patologías se detectan, usualmente, en pacientes jóvenes con alta demanda.

Ambas anomalías se resuelven, en la mayoría de los casos, con esta cirugía mínimamente invasiva, subraya el traumatólogo.

“Es importante destacar que, aunque este procedimiento resulta mínimamente agresivo para el paciente, involucra una gran complejidad para los especialistas debido a la dificultad que se presenta para alcanzar la zona a operar”. Continúa Ortega Traverso, quien –como miembro de la Sociedad Internacional de Artroscopia de Cadera y Consultor Certificado de Wright Medical– imparte, periódicamente, cursos con cadáveres para enseñar este tipo de cirugías a otros especialistas.

Más allá de las dificultades propias de la técnica, la operación es relativamente corta (entre una y dos horas) y, sobre todo, poco molesta para el paciente, quien después de la cirugía, puede reintegrarse a sus actividades habituales en un período muy corto de tiempo. Usualmente se da el alta el día siguiente, deambulando con carga parcial con muletas o similar la primera semana, o más tiempo, dependiendo del grado de lesión del cartílago articular que se observe durante el procedimiento, comenta el profesional.

Respecto a qué síntomas es preciso estar atentos para realizar una consulta temprana, se recomienda atender las molestias persistentes en el tiempo que pudieran presentarse, en la zona de la ingle y continuar hacia la cara interior de la pierna e incluso extenderse a la cara anterior del muslo. En algunos casos avanzados se irradia hasta la rodilla. En muchas ocasiones, se detecta que, con una consulta temprana se hubiese evitado una posterior operación de reemplazo de cadera.

“Estamos orgullosos de poder realizar, para toda Latinoamérica y desde la Argentina, esta técnica de avanzada que hace posible mejorar la calidad de vida de la población en el tiempo y reducir el riesgo de artrosis en el futuro”, finalizó el especialista. Se trata de una técnica innovadora sobre la que se continúa trabajando para su mejora en los principales claustros del mundo.

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