miércoles, 10 de diciembre de 2014

Hospital “Roberto Galindo Terán”, recuerdos de un drama colectivo

La Universalización de la Salud que emerge como una necesidad del crecimiento poblacional de Pando, obliga al Departamento, como una cuestión de vida o muerte, superar sus deficiencias hospitalarias, como las padecidas dramáticamente en los años pasados por profesionales galenos y pacientes del benemérito Hospital “Roberto Galindo Terán”, nombre de un médico cochabambino que después de la Guerra del Chaco decidió traer a su familia al Norte Amazónico para impulsar el desarrollo de la Medicina en esta zona desvertebrada del país.

Después de su fallecimiento en 1976, el hospital de Cobija que ayudó a construir permaneció en un abandono tal, que una ambulancia obtenida por el doctor Roberto Galindo como donación de la Cruz Roja después de la Segunda Guerra Mundial, todavía fue vista recogiendo heridos durante los sucesos de Porvenir, en septiembre del año 2008, hasta que el vehículo dejó de funcionar por falta de gasolina.

El año 2010, durante la gestión del contralmirente Rafael Bandeira en la Prefectura de Pando, Sol de Pando visitó el hospital y realizó un reportaje acerca de las condiciones precarias en las que trabajaban médicos, enfermeras y personal auxiliar.

Como hospital de Segundo Nivel, además de los cuatro servicios básicos que son Ginecología, Pediatría, Cirugía y Medicina Interna, posee una unidad de Traumatología dada la prevalencia de accidentes de tránsito, que es una de las mayores causas de muerte en Cobija.

Además del tomógrafo, varios equipos de alta tecnología se hallaban en desuso por falta de presupuesto para su mantenimiento. “No tenemos técnicos especializados a la mano, debemos hacer reparar nuestros equipos en el Brasil, con elevados costos”, lamentaba la Dra. Erika Pardo, Médica Planificadora del Hospital.

Un generador de oxígeno que no tenía más de cinco años de uso, estaba paralizada porque los repuestos sólo existen en Bélgica. “Eso nos obliga a comprar oxígeno del Brasil, y no hay plata para ello”, reclamaba la Dra. Pardo. El Ministerio de Salud, entonces a cargo de la Dra. Nila Heredia, tomó con indiferencia tan dramáticas necesidades.
En el quirófano la autoclave para esterilización se descompuso, sin mano que la arregle. Las ambulancias se hallaban paradas sin gasolina.

Casi dos años después de aquel reporte de Sol de Pando, en marzo del 2012 la adminitración departamental del Servicio de Salud, a cargo del Dr. Alicio Guzmán, logró restituir el funcionamiento del tomógrafo que se encontraba paralizado desde el 201o por un desperfecto rutinario, a pocos meses de su adquisición.

Mientras ese equipo no se hallaba disponible en el hospital de Cobija, se tuvieron que lamentar desenlaces que se hubieran evitado gracias al tomógrafo, según comentaron médicos residentes. La ausencia del equipo obligaba en muchos casos a trasladar a los pacientes a hospitales de las ciudades brasileñas de Brasiléia o Río Branco.

Los recursos que actualmente destinan el Gobierno nacional y departamental para habilitar a este hospital como uno de los principales centros operadores del nuevo Seguro Complementario de Salud Universal, mientras se construye el Hospital de Tercer Nivel, abren la esperanza de que el “Roberto Galindo Terán” será más digno para los nuevos habitantes de Pando. Es el justo homenaje que merece su heroico fundador.

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