domingo, 20 de julio de 2014

El trasplante renal es un proceso que devuelve la vida

Los trasplantes de riñón son una de las operaciones más comunes en los países del primer mundo. En Bolivia, este procedimiento comienza a tomar fuerza, frente a los altos índices que se registran de insuficiencia renal crónica.

EL DIARIO conoció de cerca cómo se realiza el procedimiento del trasplante de riñón en el hospital Obrero de la ciudad de La Paz, debido a que este centro hospitalario constituye en uno de los referentes nacionales de mayor envergadura en el país.

De forma previa, antes de efectivizar un trasplante renal, tanto donante como receptor tuvieron que someterse a una serie de estudios denominados “protocolo de estudios clínico”, a ello se suma, el procedimiento jurídico y administrativo que otorga la aprobación de la donación para cirugía.

EL PROCEDIMIENTO

El jefe de la Unidad de Trasplante del hospital Obrero, Luis Alberto Ibáñez, durante el proceso quirúrgico explicó cómo se realiza la cirugía.

“Se preparan dos equipos, uno de ellos se encarga del donante y el otro del receptor. El primero ejecuta una ‘nefrectomía’ que quiere decir la extracción del riñón, y la evaluación del injerto, si se evidencia que el injerto no funcionará en el receptor en ese momento, no se retira el órgano del donante, si el pronóstico es bueno se procede a la cirugía, precautelando la arteria y vena del órgano”, explicó Ibáñez durante el procedimiento que demoró aproximadamente tres horas.

El especialista precisó que “la liberación del riñón se constituye también en una cirugía altamente compleja, porque el donante es una persona sana la ética profesional no puede fallar, la manipulación debe ser sumamente meticulosa, para no complicar la evolución del injerto”.

Una vez retirado el injerto renal, “este es sometido a una isquemia fría en una temperatura de 4º centígrados, bajo una perfusión en un líquido de preservación “HTK”, el mismo permite que el órgano pueda tener viabilidad para la limpieza, en el entendido de que este permanece fuera del cuerpo por un lapso mayor a los treinta minutos”.

Una vez preparado el lecho de reposo del nuevo riñón, el cirujano colocó el nuevo órgano dentro de la parte baja del abdomen. A través de un meticuloso procedimiento se conectaron la arteria y la vena del nuevo riñón a la arteria y la vena en la pelvis de receptor.

Luego de haber realizado el procedimiento, el registro de la hora es muy importante, debido a que la unión obliga a generar un período de reperfusión, “es el período crítico, porque es en este momento donde sabemos si el injerto está conectado de forma correcta al receptor, o tendrá un rechazo, el injerto debe emitir orina, muestra la actividad”, sostuvo durante la cirugía.

La sangre circula a través del nuevo riñón, el cual produce orina exactamente como lo hacían sus propios riñones cuando estaban sanos. De inmediato se conecta a la vejiga el conducto que transporta la orina (uréter).

Los riñones propios del receptor se dejan en el lugar, a menos que estén causando hipertensión arterial, infecciones o que sean demasiado grandes para el cuerpo. Luego, se cierra la herida.

LUEGO DEL PROCEDIMIENTO

Una vez que el paciente sea sometido a la cirugía puede permanecer en el hospital durante aproximadamente tres a siete días. Después, necesitará control cuidadoso por parte de un médico y exámenes de sangre regulares durante uno a dos meses.

El período de recuperación es aproximadamente de seis meses. Con frecuencia, el equipo de trasplantes le solicitará al paciente estar en constante revisión durante los primeros tres meses.

SEGÚN EL PRONÓSTICO

Ibáñez, luego de la cirugía, manifestó que se brinda una mejor calidad de vida a los pacientes.

“Si usted dona un riñón, generalmente puede vivir en forma segura y sin complicaciones con el riñón restante”, el tiempo de vida aproximadamente es entre 20 a 30 años, según los cuidados médicos que realice el receptor y el donante.

EL EQUIPO MÉDICO

EL DIARIO compartió esta experiencia quirúrgica durante seis horas, con el personal médico conformado por el anestesiólogo Johan Maldonado, la residente de anestesiología Pamela Quispe, residente urología Luis Candia, la especialista en cardiovascular Marleny Pérez, las instrumentistas Amparo Velasco, Mirian Carbajal y el auxiliar de enfermería Julio Alcón, quienes formaron parte del equipo receptor.

En tanto los especialistas que participaron del donante fueron en urología el doctor Boris Camacho y Álvaro Caba, el anestesiólogo Fidel Segales, la instrumentadora de quirófano Lourdes Bermejo y la auxiliar Patricia López. La responsable de quirófano, licenciada Claudia Guarachi.

Testimonio de Karol Gironda Ochoa, “Tengo una nueva vida, me siento plena y completamente feliz”, fueron las primeras palabras que dijo la paciente en contacto con EL DIARIO.

La paciente Gironda Ochoa, estuvo esperando un trasplante desde que supo que sufría de insuficiencia renal crónica, luego de algún tiempo de recibir hemodiálisis y diálisis peritoneales.

Pudo acceder a la posibilidad de recibir uno de los riñones que le donaría su padre. El proceso de protocolo clínico demoró algunos meses, sin embargo, ambos padre e hija mostraron su disponibilidad para que ella pudiera continuar con su vida.

Uno de los factores que impulsaron la lucha de Karol, fue el amor de sus hijas y su madre quiénes apoyaron el procedimiento hasta el día en el que se concretó su trasplante.

En la actualidad, la paciente se encuentra en recuperación en su domicilio al lado de su familia, fue dada de alta médica el viernes 18, aseguró a este medio que se siente fortalecida y llena de vida.

“Fue muy difícil enfrentar esta enfermedad, dejo en mi vida daños psicológicos, incluso la separación de mi familia quiénes tuvieron que afrontar mi enfermedad. Pero hoy, gracias a mi padre he vuelto a nacer y tener una nueva vida, dando vuelta la página y comenzando a vivir para el futuro de mis hijas”.

Agradeció el apoyo del personal médico que participó de su trasplante, el apoyo incondicional de su madre Esperanza Ochoa, de sus amigos y familiares. Recomendó tener una vida sana precautelando la salud.

Por : Celeste Valdez Larenas

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