domingo, 6 de octubre de 2013

Dudas sobre el destino del hospital católico ignaciano

La posibilidad casi cierta del cierre del hospital católico Santa Isabel, de San Ignacio de Velasco, ha desatado una serie de versiones de parte de los actores involucrados en el tema de la salud en la provincia José Miguel de Velasco.

El anuncio formulado por el obispo de la Diócesis, monseñor Carlos Stetter, cayó como una bomba entre la población ignaciana y sus autoridades que no conciben que este centro asistencial de casi 50 años cierre sus puertas y deje de prestar atención a casi la mitad de la gente que requiere atención médica, en la capital velasquina y sus comunidades.
La Iglesia fue tajante: “Hay un déficit real hasta agosto de $us 600.000 y si nos quedamos con los brazos cruzados ese déficit llegará hasta fin de año a casi 1 millón de dólares y la Iglesia no puede cubrirlo”, espetó el obispo Stetter.

Inmediatamente surgieron las voces de quienes se oponen al cierre pero todos coinciden en que son las autoridades municipales las que deben asumir la responsabilidad de evitar el cierre, comprarlo o expropiarlo para beneficio del pueblo.

Sin embargo, el alcalde Erwin Méndez, que aseguró no tener una oferta oficial de venta del hospital, afirma que el municipio no dispone de una cifra como la que, extraoficialmente sabe, se pide para vender el establecimiento asistencial fundado en 1967.

Versiones
Aunque nadie se anima a decirlo y asumir la responsabilidad por sus declaraciones, hay gente que asegura que el hospital se construyó en terrenos que cedieron los vecinos interesados en contar con un nosocomio. También se dice que se juntó ganado de varios productores para implementar una hacienda que genere recursos para mantener el hospital en funcionamiento y con prestación gratuita de atención.

Sin embargo, la Diócesis figura como propietaria legítima del centro y nadie dijo antes nada sobre las donaciones hechas por los vecinos.

El alcalde Méndez no quiere entrar en esas consideraciones y prefiere hablar de la necesidad de encontrar un punto de entendimiento. Lo que sí asegura el burgomaestre es que hay gente, profesionales capacitados para administrar eficientemente el hospital católico y simultáneamente el de dominio municipal cuyas autoridades admiten que colapsará si es que el Santa Isabel cierra sus puertas. Puntualiza asimismo que con una administración única y dividiendo los servicios y especialidades, el municipio logrará utilidades económicas que servirán para ir mejorando el sistema.

El edil sostiene que debe buscarse la mejor manera de solucionar el problema sin poner en riesgo las prestaciones a la población, pero insiste en que pagar una suma tan elevada no le está permitido aunque deja abierta la posibilidad de buscar un acuerdo que permita al municipio comprar el hospital pero para pagarlo a plazos y en una suma no muy elevada.
Por su parte, el obispo Carlos Stetter, no habla de una propuesta de venta ni de ninguna otra opción que se le haya planteado e insiste en que cubrir el déficit es imposible para la Iglesia y que ya hay una decisión del clero para cerrar.

Sostiene que no es responsabilidad de la Iglesia hacer prestaciones de salud a la población y que para ello existen las instancias apropiadas

Datos

CAUSAS DEL DÉFICIT
El aumento de los pacientes del SUMI en los últimos años.

La ayuda externa
La ayuda de entidades extranjeras ha quedado en nada.

Apoyo estatal
Excepto dos ítems, el Gobierno central no da ningún apoyo.

Gastos en personal
La planilla de sueldos alcanza a Bs 2 millones al año.

“Es un patrimonio de la Iglesia que sirve al pueblo, pero no se regala”
Carlos Stetter - Obispo
El hospital fue creado hace 46 años (1967) cuando los servicios de salud no llegaban a todo el pueblo, principalmente a los habitantes de las comunidades rurales, en ese entonces marginadas y sin caminos buenos y permanentes para llegar a la capital provincial. Sin ser una obligación de la Iglesia, las autoridades del Vicariato de esa época consideraron una necesidad fundar un nosocomio que empezó como una posta, para después, y paulatinamente disponer de todos los servicios para atender los requerimientos de la población, principalmente de la más necesitada. El Santa Isabel ha cubierto una sentida necesidad en su tiempo y sigue sirviendo, pero las condiciones no son las mismas, porque ya no hay ayuda externa para su sostenimiento y la atención del Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) ha triplicado su demanda con relación a la consulta pagada que subvencionaba el seguro.
Ahora hay un déficit de $us 600.000, que hasta fin de año puede subir a $us 966.000, que la Iglesia no puede cubrir, por lo que se decidió cerrar a fines de noviembre.
La Iglesia eroga Bs 2 millones al año en el pago de sueldos a cerca de 60 empleados y en los dos últimos años ha gastado $us 500.000 para sacarlo a flote, sin recibir ninguna clase de apoyo (solo dos ítems). Sin embargo, es cierto que hace algún tiempo firmamos un convenio con la Alcaldía para recibir una ayuda económica de $us 32.000 que se cumplió solo un año.
La Diócesis de San Ignacio de Velasco, tiene 3.700 alumnos en colegios de convenio solo en la capital. 25.000 estudiantes en establecimientos de las comunidades de las cuatro provincias de la Diócesis (Velasco, Chiquitos, Sandoval y Germán Busch), que estudian en 1.000 aulas y ocupan más de 30.000 pupitres.
La Iglesia conoce sus responsabilidades; en el hospital hay un déficit que obliga a cerrar pero no se regala

Toman previsiones para no colapsar
El director del hospital municipal de San Ignacio, Dr. Oscar Vaca Justiniano manifestó que dicho nosocomio atiende los requerimientos de salud de la mitad del pueblo y la otra mitad es atendida por el hospital Santa Isabel. Esa es una realidad que no podemos ignorar.
“Si se cierra, vamos a colapsar en servicios, no vamos a abastecer en recursos humanos y tampoco en el campo de la infraestructura, vamos a estar rebasados”, puntualizó el galeno al admitir la gravedad de la situación que se plantea por el anuncio del cierre del nosocomio de propiedad del Vicariato de Velasco.
Agregó que en el hospital municipal se atienden diariamente 100 consultas y que sabe que otras 100 son atendidas por el Santa Isabel, y que a ello hay necesariamente que agregar los programas del Gobierno nacional como el Seguro Universal Materno Infantil (SUMI) y el Seguro Para el Adulto Mayor (SPAM), además de las campañas de vacunación.
Para esta eventualidad del cierre “nuestros médicos y personal paramédico no van a abastecer, eso está muy claro y debe tomarse muy en cuenta”, apuntó Vaca Justiniano.
“Tomando nuestras previsiones, ante la inminencia del cierre, estamos haciendo un informe técnico al Directorio Local de Salud (Dilos) y al Gobierno municipal para iniciar la construcción de nuevos ambientes para consultorios y sala de internaciones, para la dotación de camas, colchones y personal. No estamos de brazos cruzados, estamos tomando los recaudos, pero ojalá que las autoridades eviten el cierre del Santa Isabel. Nos preocupa y esperamos el resultado de las negociaciones de las autoridades con monseñor Stetter”, indicó.

Protagonistas

Edith Schmidhuber
RELIGIOSA FRANCISCANA / NO HAY MÁS OPCIÓN QUE EL CIERRE
“Es una pena muy dura cerrar el hospital, pero no hay otra opción. Años atrás también la madre Ángela Flatz (fundadora del hospital) luchó para que el hospital sobreviva, pero ya llegó el momento que se veía venir. Como religiosas sentimos que hay poco apoyo de las autoridades y el pueblo sufrirá las consecuencias en salud”.

Edgar Durán Roca
Exconcejal / No creo que deba cerrarse
“No creo que este hospital de mucha importancia para nuestro pueblo tenga que cerrarse. Si no hay ayuda por ser un hospital privado, se debe ver la forma de colaborar y ayudar, para que siga adelante en beneficio de la salud de toda la ciudadanía. Las negociaciones entre las autoridades y Mons. Stetter deben llegar a común acuerdo”.

Gonzalo Vázquez Polo
MILITAR RETIRADO / El problema merece atención
“Los militares jubilados y activos del Regimiento Warnes, estamos abandonados. El servicio de seguro de Cosmil lo prestaba el Santa Isabel, y ahora a dónde vamos a ir ante cualquier dolencia para nosotros y para nuestras familias, es preocupante, porque el servicio más próximo sería Santa Cruz. Este problema debe tener una mayor atención”.

Yovana Ramos Jiménez
Dirigenta cívica / ES ALGO INJUSTO
“No hallo justo el cierre y no se dará la oportunidad de cerrarlo, porque es un servicio para el pueblo. Las autoridades como el alcalde, el subgobernador encaran las gestiones con Mons. Stetter para evitar el cierre. La solución de este problema está en manos de todos y tenemos que pararnos, porque el hospital pertenece a los velasquinos”.

EL 14 HABRÁ REUNIÓN QUE PUEDE SER DECISIVA
Pese a que no pudo ser confirmada por la ausencia del alcalde de San Ignacio y del subgobernador de la provincia, circuló ayer la versión de un acuerdo previo que puede oficializarse en una reunión que sostendrán autoridades y técnicos de la Diócesis, de la Alcaldía ignaciana y de la Subgobernación.
No se pudo conocer en qué consiste el acuerdo y menos si la comuna adquiere en compra el nosocomio católico o si la Iglesia lo cede en alquiler. También se mencionó la posibilidad de que la Diócesis haya aceptado una coadministración del hospital, con el municipio.
“Todo es especulación, aunque es cierto que el 14 se realizará una reunión para tomar algunas determinaciones”, dijo un funcionario de la Subgobernación.
La probabilidad de un acuerdo causó beneplácito entre los pobladores de San Ignacio que, sin excepción, rechazan el cierre del hospital que los sirve desde hace casi 50 años. En la Gobernación cruceña se hizo notar que esa entidad solo participa en las reuniones porque son la Alcaldía y la Iglesia los únicos que pueden tomar decisiones.

La Alcaldía lo quiere, pero no puede pagarlo
Erwin Méndez - Alcalde
De ninguna manera queremos una confrontación con la Iglesia. Yo soy católico y creo que la situación debe ser resuelta en los mejores términos y en función a las necesidades de los velasquinos en el campo de la salud. Yo fui convocado el 30 de agosto por la Iglesia para comunicarme de la decisión del cierre, pero en ningún momento se nos planteó la venta del establecimiento o alguna otra opción para evitar la cesación de los servicios que presta el nosocomio católico. Evidentemente, es necesario encontrar una salida y considero que el municipio está en condiciones de administrar los dos hospitales (el municipal y el de la Iglesia) y es más, pensamos que obtendríamos utilidades para el autosostenimiento de ambos.

Por informes de un funcionario municipal sé que monseñor Stetter ha mencionado que el hospital sería vendido por la suma de $us 1,5 millones, dinero del que no dispone el Tesoro municipal, porque asignar esa cantidad de recursos sería abandonar una serie de proyectos para la población ignaciana.

Hemos planteado plazos de pago y no se han aceptado, entonces esperamos una propuesta que sea viable y garantice la continuidad de la prestación de servicios en el hospital católico, porque, reitero, podemos garantizar que en el tema administrativo estamos seguros de hacerlo bien.

Es bueno hacer notar también que existen algunas normas que nos impiden pagar por el nosocomio, pues en él hay inversión pública. En anteriores años el desaparecido Comité de Obras Públicas aportó recursos y de alguna manera lo ha hecho también la Alcaldía, de modo que esa situación también merece un análisis legal

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