lunes, 9 de septiembre de 2013

Sólo el 18,9% de vecinos abre sus puertas a galenos



Los médicos de Salud Familiar Comunitaria Intercultural (Safci), que trabajan en el programa Mi Salud, con visitas a domicilio en la ciudad de El Alto, tienen problemas para ingresar a las viviendas debido a la susceptibilidad de los vecinos, que argumentan la inseguridad ciudadana.

Ésta es la evaluación y análisis que hacen los galenos y enfermeras que recorren las zonas. Tocaron 43.526 puertas, de las cuales 22.493 fueron abiertas y sólo 8.239 familias les hicieron pasar a sus viviendas. Es decir, que sólo el 18,9% de los propietarios de las viviendas abordadas permitieron el ingreso a sus domicilios de los médicos itinerantes.

“La gente nos está conociendo poco a poco. No podemos juzgar su desconfianza, que es natural; pero creemos que deben ser un poco más abiertos y comprensibles”, dijo Braulio Velásquez, médico y estadístico del programa. La Razón recorrió la zona 3 de Mayo del Distrito 3 junto con la doctora, Lizeth Bautista Machicado. En ella, se logró visitar a una mujer que seis horas antes había dado a luz a un niño y fue atendida por la galena en su propia casa.

“Estaba de visita, por hacer seguimiento de las personas que tengo registradas, entre ellas la señora Eva Quispe. Cuando llegue a la calle, una de la vecinas me dijo que ya estaba a punto de dar a luz, y no hubo tiempo de llevarla a otro lugar y tuvimos que hacerlo en su propia cama. El niño nació sano”, relató.

La madre, aún convaleciente, calificó de muy buena la atención de la doctora durante los últimos meses de gestación. “Estoy feliz, mi hijo está a salvo y si no hubiera sido que estaba en seguimiento médico quizás nadie me hubiera auxiliado en el momento del parto”, expresó.

La responsable del Distrito 3 de El Alto, Rosse Mary Blanco, señaló que en la experiencia de los médicos se logró evidenciar que la gente prefiere quedarse en su casa para dar a luz.

42 vidas fueron salvadas en 2 meses

El programa Mi Salud logró salvar 42 vidas en la ciudad de El Alto, en dos meses de visitas domiciliarias.

Según Braulio Velásquez, médico especialista para la Salud Familiar Comunitaria Intercultural (Safci) y estadístico del programa, las personas socorridas fueron encontradas con dolencias que estaban en elevado grado de avance. De modo que al detectarlas, los galenos las remitieron a los centros de salud, donde fueron atendidas, y así pudieron evitar finales trágicos.

Las enfermedades que afectaban a estas personas fueron: hipertensión arterial, diabetes descompensada, menores de edad con diarrea y deshidratación severa, y mujeres con hemorragias posparto.

“En ese tipo de situaciones se tiene que derivar de manera obligatoria a un centro médico con especialidad, ya que nuestra atención es primaria. De esta manera les proporcionarán sueros e incluso se podría llegar a cirugías”, comentó.

El término vidas salvadas con el que se registran estos casos fue sugerido por la brigada cubana de medicina, pues antes se anotaban sólo como casos derivados.

En estos recorridos, los galenos descubrieron que los familiares de personas con discapacidad esconden a éstos por vergüenza, de modo que los minusválidos no son registrados en ningún conteo.

Para el historial, los médicos califican a los vecinos en cuatro categorías o grados, el último de los cuales está destinado a consignar a las personas con algún tipo de discapacidad física o mental.

Mi Salud tendrá su réplica en el valle

El plan gubernamental Mi Salud, que tiene como objetivo reforzar el servicio de 11 centros de atención médica primaria de El Alto, tiene el proyecto de expandirse hacia las ciudades troncales del país.

El siguiente paso será abrir o habilitar consultorios vecinales en Cochabamba, rescatando las experiencias de El Alto, así lo anunció la responsable del Distrito 3 de la urbe, Rosee Mary Blanco.

“Ha llegado una doctora desde esa ciudad y le hemos ofrecido muchos datos para que pueda aplicar el programa, bajo esta experiencia y bajo el contexto en el que se desarrolla”, afirmó.

Las inversión para el proyecto piloto, que se realiza en la ciudad de El Alto, es de 50 millones de bolivianos. Este plan se caracteriza por prestar atención primaria de salud de manera directa en los domicilios de los barrios periurbanos, principalmente. “La atención es gratuita y se han escogido las zonas alejadas, porque en ellas la gente no tiene acceso a centros de salud o no cuentan con seguros como en otros barrios”.

La organización con mapas parlantes será replicada en Cochabamba. Un mapa parlante contempla los lugares principales con stickers de colores. Allí se identifican: iglesias, colegios, centros de salud y grupos de riesgo, donde están las mujeres embarazadas, los niños menores de dos años y los discapacitados.

“Incluso los casos de violencia intrafamiliar, que también hemos detectado, pero que las señoras no quisieron denunciar a las autoridades”.

Carpetización, una distinción del programa

Uno de los aspectos que distingue al programa Mi Salud es que, además de llegar a las puertas de los domicilios, se elaboran carpetas familiares, en las que se registra el estado de salud de cada uno de sus integrantes. El objetivo del documento es hacer un seguimiento del progreso de su estado de salud corporal.

Los médicos se refieren a esta práctica como carpetización. Según Braulio Velásquez, médico especialista para la Salud Familiar Comunitaria Intercultural (Safci) y estadístico del programa, este método busca recoger datos determinantes en cuanto a riesgos familiares e individuales.

“Esto no sólo va a servir para saber si tienen enfermedades, sino también para conocer si se encuentran en algún grado de hacinamiento, si cuentan con todos los servicios básicos, cuál es su alimentación y muchos aspectos que van a influir en la salud de la familia”, aseveró.

Las familias que abren las puertas y que reciben a los médicos son carpetizadas, pero aquellas que sólo atendieron en la puerta o negaron el acceso se consideran “una buena carpetización”. “Se vuelve a un domicilio luego de un mes, hasta lograr que la familia acepte el registro y la evaluación”.

El seguimiento, a quienes fueron registrados y que presentan alguna patología, se realiza cada 15 días, indicó la responsable del Distrito 3, Rosse Mery Blanco.

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